Los avances tecnológicos y la cantidad de herramientas de control de la aeronáutica actual hacen que cada caso de un avión desaparecido despierte una especial intriga. Es lo que pasa con la aeronave bimotor perdida después de partir del aeródromo de San Fernando el 24 de julio último. El avión, que se dirigía hacia Las Lomitas, en Formosa, con tres tripulantes, dejó de ser detectado por los radares locales y nacionales cinco minutos después del despegue. Su búsqueda, luego de dos semanas, sigue siendo infructuosa.
Hubo muchos casos de misterios aéreos en el país. Algunos resueltos por completo, otros parcialmente, y uno, el del TC-48, que sigue sin resolverse. Cuando una situación así ocurre, independientemente de la inversión en el rescate, debe considerarse también el riesgo. En muchos casos de accidentes en geografías complejas, se evalúa si es necesario poner en peligro otras vidas para encontrar los restos. Lo más curioso, en este caso, es que la trayectoria del viaje no era por lugares montañosos o inhóspitos, de difícil accesibilidad, como los antecedentes históricos.
Éstos son algunos de los mayores misterios en la aeronáutica nacional:
Star Dust
El 2 de agosto de 1947, el vuelo CS59 de British South American Airways (un Avro Lancastrian) le anunció a la torre de control del aeródromo Los Cerrillos de Santiago, en Chile, que estimaba llegar a esa capital en cuatro minutos. El avión, con seis pasajeros y cinco tripulantes, bautizado Star Dust, había partido desde Morón a las 17.45. El capitán del vuelo era el experimentado piloto británico Reginald James Cook. La búsqueda empezó de manera inmediata. Paul Simpson, uno de los pasajeros, era un diplomático británico y supuestamente transportaba documentos secretos, por lo que se generó cierta tensión entre la Argentina y Gran Bretaña y hubo rumores de un posible sabotaje. En 1998, en una expedición en el cerro Tupungato, un andinista dijo haber encontrado restos. En enero de 2000, los encontraron en la frontera entre Chile y la Argentina.
Avro Lincoln
El 22 de marzo de 1950, el Avro Lincoln de la Fuerza Aérea Argentina se perdió en el estrecho de Magallanes. Viajaban 11 tripulantes. Unas semanas más tarde, se abandonó la búsqueda. En 2009, las autoridades chilenas confirmaron que restos encontrados en un glaciar chileno pertenecían al Avro Lincoln. Según registros de la Fuerza Aérea Argentina, el avión cayó en un glaciar y, después de un proceso de deshielo, los restos fueron desplazados hasta el lugar donde fue encontrado. Cerca de las partes del avión se encontraron también restos óseos, que se enviaron a los Estados Unidos para realizar el proceso de carbono 14. Pero se determinó que correspondían a pobladores de hace más de 200 años.
Piper Apache
El avión Piper Apache Twin Engine, con varios dirigentes de empresas petroleras, desapareció el 19 de octubre de 1964 en Chubut. Unos días después fueron hallados los cuerpos de las víctimas. La búsqueda de la nave continuó. Se realizaron dragados y rastrillajes, pero no se encontró nada. En 1980, otra vez se retomó la búsqueda, pero también fracasó. En abril de 2016, Omar Oporto, encargado de una estancia de la zona de Sarmiento, encontró los restos semienterrados de un ala en un sector del lago Colhué Huapí. El hallazgo fue posible por la evaporación natural del agua.
TC-48
El TC-48 se perdió en el Caribe en noviembre de 1965. El vuelo de la Fuerza Aérea Argentina llevaba a un grupo de 54 cadetes para tareas de instrucción en los Estados Unidos, además de oficiales y suboficiales. El 3 de noviembre decolaron desde la Base Howard de la fuerza aérea norteamericana en Panamá, con destino a San Salvador. El vuelo se declaró en emergencia a pocos minutos de partir por fuego en uno de sus cuatro motores. En 1967, y luego de 23 expediciones a la selva y más de 50 vuelos de aviones y helicópteros, el gobierno costarricense dio por terminada la búsqueda. Se supone que el avión pudo haber caído en el mar entre Costa Rica y Panamá a 30 kilómetros de la costa. Ésa es la versión que surge luego de una investigación norteamericana, que encontró varios chalecos en el agua. Sin embargo, los restos fueron enviados a la Argentina y el material no coincidía con el usado por nuestros soldados. Ningún cuerpo fue encontrado aún. La Argentina jamás abandonó la búsqueda.
Piper PA-23-250
El Piper PA-23-250 con matrícula CC-CCH despegó desde Balmaceda, Chile, el 8 de abril de 1997. En su último contacto radial el piloto dio un parte "sin novedad" unos siete kilómetros al oeste de Balmaceda. Debía viajar unos 300 kilómetros al Sur, hasta Villa O'Higgins. Nunca llegó. Si bien no se trata de un avión argentino, las tareas de rescate se hicieron en conjunto con la fuerza aérea chilena. Las tormentas de nieve hicieron imposible encontrar el avión. El 3 de octubre del año pasado, dos guardaparques argentinos encontraron partes del avión y restos humanos en un lugar de poco acceso en el Parque Nacional Perito Moreno, cerca del lago Burmeister. Un mes después se pudo determinar que se trataba del avión perdido.
Helicóptero del Operativo Sol
Otro misterio irresuelto es el caso de ex comisario Alejandro Ferzola, que desapareció el 2 de enero de 2011 cuando tripulaba un helicóptero en la costa bonaerense. La aeronave, que formaba parte del equipo del Operativo Sol, partió desde Brandsen y tenía prevista una escala para repostar en Santa Teresita, antes de llegar a su destino en Pinamar. Como nunca llegó, se desplegó una búsqueda por la bahía de Samborombón. Hay quienes dicen que una corriente de aire la arrastró hasta el mar. Y hasta se hicieron cotejos de ADN porque una versión indicaba que el vuelo nunca se hizo y que su desaparición se debió a un ajuste de cuentas por negocios vinculados con el narcotráfico. La familia de Ferzola reclama que el caso nunca se investigó a fondo.
Juan Manuel Trenado / La Nación