Café y bebidas energéticas al alcance de la mano, concentración extrema y vitaminas... Los atletas de deportes electrónicos (eSport) se entrenan hasta 16 horas por día en una habitación oscura en Shanghai en la previa de un torneo que podría entregarle US$800 mil en premios para cada competidor.
El equipo profesional taiwanés de los Flash Wolves, uno de los mejores del planeta, se prepara en la capital china con vistas al Mundial de "League of Legends", un juego de combate muy popular cuya final tiene lugar a principios de noviembre en el Estadio Nacional de Pekín, en el mismo reducto donde la Selección Argentina conquistó el oro olímpico en 2008.
El ambicioso centro de entrenamiento de estos jóvenes de 18 a 22 años refleja lo que está en juego a nivel económico y el extraordinario boom de los eSport, las competiciones de juegos de video que sueñan con integrar los Juegos Olímpicos en el futuro.
Cada jugador de los Flash Wolves puede llegar a ganar hasta US$ 70 mil por año, o más en caso de que su equipo obtenga un torneo importante.
"La gente se imagina que nuestro trabajo consiste únicamente en jugar a juegos de video. Pero no es tan simple", señala Yu Li-hong, un miembro del equipo que se hace llamar MMD.
"Cuando es tu trabajo, tu mentalidad jugando es totalmente diferente. Hay que ser serio y prestar atención a todo", explica el joven de 22 años.
Los mejores jugadores son verdaderas estrellas y los torneos más importantes pueden reunir a decenas de miles de espectadores en los estadios. Y más todavía a través de Internet.
"League of Legends" es uno de los juegos más populares del mundo de los eSport. Son más de 100 millones los que compiten mensualmente en este videojuego multijugador de estrategia en tiempo real, en el que cada gamer controla un personaje específico para conformar un equipo de cinco participantes.
La final del Mundial de "League of Legends" será organizada el 4 de noviembre en el estadio olímpico de Pekín, el "Nido del pájaro" de los Juegos Olímpicos de 2008, que puede acoger a 80.000 espectadores.
En espera de ello, Flash Wolves se entrenan en Shanghai contra equipos locales. Y se imponen hasta 16 horas diarias de entrenamiento, los siete días de la semana.
Decenas de latas de bebida energética son almacenadas en su local, vasos de café vacíos se amontonan en las mesas y algunos jugadores toman comprimidos de vitamina C como parte de su rutina diaria.
Estos entrenamientos buscan adquirir reflejos y a optimizar su conocimiento del juego. Pero los reflejos del ser humano se degradan desde los 25 años, lo que lleva a retiradas precoces en el eSport, explica "4Leaf", el jefe del equipo.
Y la vida de un jugador es "muy cruel", según él, ya que si acumula malas actuaciones durante un mes, es apartado del equipo, en beneficio de un suplente. Similar a la vida de un deportista de alto nivel.
MMD dejó la universidad a la edad de 19 años tras haber iniciado estudios de turismo. "Al principio, mi familia me hacía objeciones cada vez que me instalaba delante de mi computadora", afirma.
"Querían que yo estudie para obtener el mejor diploma posible. Pero ahora, me apoyan, desde el momento que me gusta y que no es nada malo, como la droga", señala.
El jugador SwordArt, de 20 años, cuyo verdadero nombre es Hu Shuo-chieh, se mantiene en forma gracias a complementos alimentarios, como el aceite de hígado de bacalao. Y no parece muy preocupado por las consecuencias de quedar encerrado en la misma habitación durante jornadas enteras.
"Para este trabajo, paso la mayor parte de mi tiempo delante de mi pantalla y es duro para la vista. Y no hago demasiado ejercicio físico", concede Hu, uno de los pocos del campo de entrenamiento que no lleva anteojos.
"Por el momento, no ha tenido impacto (sobre mi cuerpo). Tal vez porque soy todavía joven", concluye.
Fuente: AFP
Fotos: AFP PHOTO / Chandan Khanna