En su última entrevista antes de convertirse en reina, la princesa dijo que ningún Zorreguieta vajará a Amsterdam.
Máxima Zorreguieta no estará acompañada por nadie de su familia el 30 de abril próximo, cuando se convierta en reina de Holanda , según dijo la propia princesa de Orange ayer, en una larga entrevista con dos canales de televisión locales, la última antes de la ceremonia del próximo 30, en Amsterdam.
"Era evidente que mi padre no vendría", dijo la princesa.
"En 2002 se cerraron acuerdos y éste es un evento constitucional donde mi marido se convertirá en rey y mi padre no tiene que estar", puntualizó con seguridad Máxima, haciendo referencia a la decisión del gobierno de que la familia Zorreguieta solamente estaría presente en celebraciones privadas.
"Con mi familia tomamos la decisión de que nadie viaje", añadió
De todas formas, la princesa de origen argentino dijo que "está en paz" con la decisión de que su padre, Jorge, que fue funcionario durante la dictadura de Jorge Rafael Videla, no viaje a Amsterdam.
Máxima señaló que la coronación es diferente de su casamiento, en 2002, del que sus padres tampoco participaron. "Entonces [eso] fue bastante doloroso", añadió la princesa.
En la entrevista, unos muy relajados príncipes de Orange relataron que sabían desde hace un año que la reina Beatriz quería dejar el trono el 30 de abril de 2013 y que muchas veces les había costado mantenerse callados.
Por su parte, Guillermo Alejandro dijo que él quiere convertirse en un rey del siglo XXI, abierto a los cambios y capaz de alentar y mantener unidos a los holandeses.
El 30 de abril, en un día lleno de actos y fiestas en Holanda, el príncipe asumirá el trono de su madre y se convertirá en rey, mientras que Máxima se transformará en reina consorte.
La heredera al trono será, automáticamente, la mayor de las tres hijas de Máxima y Guillermo Alejandro, Amalia, que se convertirá a partir de ese día en la nueva princesa de Orange.
Hasta el momento, la pequeña, de nueve años, ya demostró su capacidad para los idiomas. No sólo habla su lengua natal, el holandés, sino que también domina el inglés y el español, que le inculcó su madre argentina.
"Ella ya es consciente de que es la próxima", contó el príncipe Guillermo, que agregó que su hija le pregunta habitualmente cuánto tiempo piensa quedarse en el trono de Holanda.