Un emprendedor argentino expatriado creó una plataforma que ya se utiliza con éxito en 160 escuelas. Por su impacto, el Papa Francisco se mostró interesado en la propuesta.
Un día, llevaba a sus hijos al colegio cuando se enteró por su esposa que dos niños tenían escarlatina, por entonces una epidemia muy fuerte en España. Primero se preocupó y después pensó que había cierto atraso, que con las posibilidades tecnológicas a disposición debía existir una plataforma que informara y diera la potestad a los padres, en casos puntuales, de elegir si su hijo concurriría a la escuela o no.
Casi en simultáneo, la institución convocó a los padres a una charla informativa sobre bullying. El acoso escolar ya no era ajeno en sus aulas y pasillos. Querían sumar apoyo, pero se encontraron con poco respaldo: solo cuatro familias respondieron a la convocatoria. Por un lado, había que mejorar la comunicación, comprendió. Por otro, mejorar la convivencia entre los chicos.
"Me planteé desarrollar una solución tecnológica que pudiese abarcar ambas áreas", dijo a Infobae Carlos Paz, creador de Appvise, que cuenta con presencia en 160 escuelas; la mayoría en España, algunas en Colombia y Chile. En 2018 desembarcarán en su país natal, Argentina, y también esperan expandirse hacia buena parte de Latinoamérica.
Los resultados, asegura Paz, le dan la razón. "La convivencia mejora, los casos de acoso o bullying se reconducen y remiten, la comunicación entre las familias y la escuela se convierte en más fluida. Incluso los maestros mejoran su formación en disciplinas que no son habituales para la mayoría de ellos", sostuvo.
Appvise busca instalarse como una "solución integral" a los conflictos en las escuelas. Es una aplicación que aspira a primero prevenir los casos de bullying y después a actuar en consecuencia, activar un protocolo que vincula a expertos de la empresa con la comunidad educativa. Cuenta con distintas herramientas: una mensajería instantánea que vincula a chicos, profesores y padres, un canal unificado de noticias, una agenda digital y, quizás la más importante, el botón de denuncia.
El botón lo pueden activar tanto los niños como los padres. En un principio se les presenta una serie de preguntas que pretenden determinar si se trata en realidad de bullying o no. Si es así, se prosigue a trabajar con el equipo de orientación y las familias de los niños implicados para resolver el caso. Siempre la denuncia se hace de forma anónima.
Las propias escuelas son las que contratan el servicio. Hacen un cálculo del total de los usuarios que la usarán de acuerdo a la cantidad alumnos y asumen el costo mensual de cada licencia. Cuando ya está creado el usuario, se les ofrece un código de acceso a la versión más completa de la aplicación, que no es la misma que se presenta ni bien descargada al celular.
"Nuestro programa busca un equilibrio entre la estandarización y la flexibilidad", explicó su fundador. Quieren que su método se pueda adaptar a las coyunturas particulares. Por eso, cada vez que llegan a una escuela, forman un equipo de convivencia integrado por profesores que los ayudan a ser el "motor de cambio" dentro de la institución. "El conocimiento que los profesores tienen de su centro escolar y contexto es fundamental. Nos apoyamos en ellos y vamos consensuando los pasos a seguir", agregó.
La plataforma se creó hace apenas dos años y medio, pero ya cosechó distintos reconocimientos. Se quedó con dos premios Simo Educación Impulso, en la feria madrileña más importante; uno como mejor modelo de negocio, otro como mejor proyecto globalmente presentado. Las distinciones llegaron a oídos del Papa Francisco que los invitó a una audiencia privada en la que le contaron del programa. También serán parte de un encuentro internacional de lucha contra el bullying que se desarrollará en Roma este año.
Dicen que las previsiones para 2018 "no pueden ser más optimistas". Les cuesta precisar cuántas escuelas sumarán dentro de un año, pero sí saben que les sigue un camino de profunda expansión que tiene a Argentina como uno de sus objetivos. Están a punto de terminar una primera fase de estudio de mercado y acercamiento a la realidad educativa nacional. Ya tienen contactos avanzados con directores de varias escuelas y esperan empezar el proceso de implantación en los próximos meses. "Como argentino estoy especialmente motivado en poder llevar el programa a mi país", se entusiasmó.