Los sobrevivientes, que estaban sin agua ni comida, se cubrían del sol abrasador con una lona.
Seis adultos y un bebé inconsciente fueron rescatados el domingo de una lancha salvavidas en el Océano Pacífico tras cuatro días a la deriva bajo un sol abrasador sin agua. Los sobrevivientes subieron a la pequeña embarcación de madera después de que el ferry en el que viajaban se hundiera, según las autoridades neozelandesas.
La tripulación de un avión militar Orion utilizó el radar para localizar el bote en su búsqueda de sobrevivientes del naufragio, explicó el comodoro de la Fuerza Aérea de Defensa neozelandesa Darryn Webb. El transbordador llevaba al menos a 50 personas en una ruta entre dos islas en la remota nación de Kiribati.
No había indicios de otros sobrevivientes. No estaba claro qué había provocado el naufragio del ferry, indicó Webb.
El avión militar entregó suministros a los sobrevivientes, incluyendo comida, agua y una radio, dijo Webb. Los sobrevivientes utilizaron la radio para decir a los rescatistas que habían logrado salir del ferry cuando se hundía y subirse al bote.
Los sobrevivientes habían tenido poco tiempo para reaccionar y se encontraron a la deriva sin agua ni motor. Tenían una manta o una lona que dijeron haber podido utilizar para protegerse del sol.
Un bote de pesca cambió de rumbo y recogió a las siete personas el domingo por la tarde, indicó Webb. El bote flotaba a más de 180 kilómetros (112 millas) de la isla importante más cercana cuando fue localizado.
"Nuestros pensamientos van a ese bebé y al resto de las más de cincuenta personas", comentó.
Los equipos de búsqueda que trabajaban en el naufragio tenían previsto reagruparse y entrevistar a los sobrevivientes antes de decidir si continuaban la operación, añadió.
No estaba claro por qué pasó tanto tiempo hasta que las autoridades de Kiribate alertaron a Nueva Zelanda de la desaparición del ferry. Un avión de Kiribati había buscado antes el barco, pero no contaba con equipamiento sofisticado de radar.
El transbordador, un catamarán de madera de 17,5 metros (57 pies) de eslora, salió el 18 de enero de la isla de Nonouti con destino a Tarawa Meridional, según las autoridades. La travesía del MV Butiraoi debía durar dos días. Los rescatistas neozelandeses dijeron no haber recibido aviso de su desaparición hasta el viernes, ocho días después de que zarpara.
El responsable de búsqueda y rescate John Ashby dijo que les habían indicado que el barco había pasado por reparaciones justo antes de zarpar, lo que podría haber contribuido a problemas de navegación.
Kiribati es una remota y empobrecida nación de 33 atolones donde viven unas 108.000 personas.