Una investigación conjunta de The New York Times y The Observer había revelado que en 2014 la compañía se hizo con una base de datos de pretendido uso académico y la explotó sin permiso para elaborar estrategias electorales durante las elecciones intermedias de Estados Unidos.
El escándalo fue tan grande que afectó los cimientos y, a menos de dos meses que se conociera que obtuvo y manipuló de forma irregular información de 87 millones de usuarios de Facebook en Estados Unidos, Cambridge Analytica cerró sus puertas.
Una investigación conjunta de The New York Times y The Observer había revelado que en 2014 la compañía se hizo con una base de datos de pretendido uso académico y la explotó sin permiso para elaborar estrategias electorales durante las elecciones intermedias de Estados Unidos. Se trató de uno de los mayores hurtos de información de la historia de Facebook. Dos años después, Cambridge Analytica, que todavía estaba en posesión de ese ingente material, dio servicio a la candidatura presidencial del republicano Trump, que ganó las elecciones de octubre de 2016.
La empresa Cambridge Analytica fue creada en 2013 con la financiación del multimillonario estadounidense Robert Mercer, mecenas republicano y considerado uno de los principales pulmones económicos de la campaña de Trump. Por aquel entonces, dos años antes de que el constructor neoyorquino se hubiera lanzado a la carrera presidencial, Mercer invirtió 15 millones con el objetivo de poseer una herramienta que permitiera conocer a los votantes e influir en sus decisiones. Al frente de la compañía estaba el británico Alexander Nix, que había dirigido en su país la consultora sobre mercadotecnia de los comportamientos Strategic Communication Laboratories (SLC) y después había puesto sus ojos en el lucrativo mercado de las campañas políticas estadounidenses.
Cambridge Analytica había conseguido los datos a través de un psicólogo de la Universidad de Cambridge -con la que la firma, del mismo nombre, no tiene relación-. El psicólogo, el ruso-norteamericano Aleksandr Kogan, logró tener permiso de Facebook para pedir datos a sus usuarios con una aplicación pensada para estudios de su disciplina. Kogan, financiado con 800.000 dólares por Cambridge Analytica, consiguió que participasen unas 270.000 personas con perfiles en esta red social y recabó datos como identidades, localizaciones y gustos. A su vez, la aplicación le permitió, de manera derivada, llegar a la información de los amigos de aquellos, lo que multiplicó hasta 87 millones de usuarios el alcance de su acopio.
Al compartir el material con Cambridge Analytica, el psicólogo violó las políticas de protección de datos de Facebook. "En 2015, supimos que Kogan nos mintió y violó nuestras políticas de plataforma al pasar datos de una aplicación que usaba Facebook Login a SCL/Cambridge Analytica, una firma que realiza trabajo político, gubernamental y militar en todo el mundo", señaló el comunicado de Facebook.