Residentes evacuaron la zona, ubicada en la parte sur de la Isla Grande. Uno de los sismos llegó a 6,9°.
Ríos de lava, fuertes terremotos y gases tóxicos ocuparon la parte sur de la Isla Grande de Hawai después de un movimiento de magma por debajo del volcán Kilauea.
Las tres amenazas naturales obligaron que los asustados residentes evacuaran la zona, además del cierre de parques y campus universitarios el viernes.
Se formaron varios nuevos respiraderos, de donde emerge lava hacia la superficie, en el mismo vecindario residencial en donde surgieron las primeras rocas fundidas el jueves. A mediodía, se registró un terremoto de magnitud 6,9 - el más potente de los cientos de movimientos de esta semana y el más fuerte en el estado en 43 años. También se advirtió a los residentes que estén al tanto por los peligrosos niveles de gas sulfúrico.
La portavoz del Observatorio Hawaiano Volcánico, Janet Babb, dijo que los sismos son reflejo de que el volcán se ajusta a los movimientos de magma.
"El magma que desciende por las zonas de ruptura causa estrés en el flanco sur del volcán", afirmó. "Estamos teniendo una serie de sismos".
Indicó que los científicos estudian la posibilidad de que los sismos afecten la erupción.
El lago de lava en el cráter de la cima del Kilauea se redujo considerablemente, lo que deja entrever que el magma se mueve rumbo al este hacia Puna, un distrito principalmente rural de bosques, cultivos de papaya y piedra volcánica de erupciones previas.
Las autoridades le ordenaron a más de 1.700 personas que salieran de los vecindarios de la Isla Grande que están cerca del flujo de lava, advirtiéndoles de los peligros de las rocas incandescentes y de los elevados niveles de gas sulfúrico que podrían afectar la salud de ancianos y personas con problemas para respirar.