Estar permanentemente ocupado quizá nos hace más productivos, pero no nos hace más creativos. Las mejores ideas pueden surgir, y de hecho surgen, en momentos de ocio, de contemplación, de dejar vagar la mente.
Cómo estar ocupado suprime nuestra creatividad es algo que ha analizado un reciente estudio.
Soñar despierto
Tal y como explica Emma Seppälä, de la Universidad de Stanford:
La idea es equilibrar el pensamiento lineal, que requiere un enfoque intenso, con el pensamiento creativo, que nace de la inactividad. El cambio entre los dos modos parece ser la forma óptima de hacer un buen trabajo creativo.
La sobrecarga de información nos mantiene sumidos en el ruido. Esto socava no solo la fuerza de voluntad (de la que tenemos una cantidad limitada) sino también la creatividad.
Como señala Seppälä, muchas de las mentes más brillantes del mundo hicieron descubrimientos importantes sin hacer mucho. Nikola Tesla tuvo una idea sobre la rotación de los campos magnéticos en un paseo tranquilo en Budapest; a Albert Einstein le gustaba relajarse y escuchar a Mozart en descansos de intensas sesiones de pensamiento.
Pero ¿cómo desconectarse en un momento en que los jefes, compañeros y amigos exigen conexión continua? Seppälä hace cuatro sugerencias:
Haga una caminata larga, sin su teléfono, como una parte de su rutina diaria.
Sal de tu zona de confort.
Invierta más tiempo en divertirse y jugar.
Alterne entre hacer trabajo concentrado y actividades que son menos exigentes intelectualmente.
Independientemente de vuestra vocación, una mentalidad flexible y abierta a nuevas ideas y enfoques tiene muchísimo valor. Perderla solo para verificar el último tweet o publicar una selfie irrelevante es una tragedia.