Cómo funcionan los inhibidores de frecuencia y por qué está prohibido su uso
- 07/06/2018 07:03 hs
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Los inhibidores de frecuencia son aparatos que van desde el tamaño de una petaca al de una maleta con un propósito bien sencillo: interrumpir las comunicaciones.
Y a día de hoy conseguir uno de estos aparatos no es demasiado complicado, pero otra cosa es la legalidad de su uso. Conozcamos en profundidad cómo funcionan y por qué están prohibido usarlos.
El resumen rápido en vídeo: Cómo funcionan los inhibidores de frecuencia y por qué está prohibido su uso.
¿Qué es y cómo funciona un inhibidor?
Los inhibidores de frecuencia tienen un objetivo muy claro y sencillo: impedir comunicaciones en ciertas frecuencias. Pero como no es sencillo bloquear un aparato para que no se pueda comunicar con otro, la solución para impedir ese transito de información es muy sencillo y similar a un ataque DDoS: introducir en la frecuencia indicada ruido, información inútil que sature la banda, impidiendo que la información verdadera no llegue.
Los inhibidores pueden ser usados para interferir distintos tipos de comunicaciones o dispositivos, desde redes móviles, radares de velocidad, bluetooth, GPS, infrarrojos... Pero a pesar de su variedad de uso, todos los inhibidores son realmente sencillos. Se basan en un circuito que cuenta con un oscilador que genera la señal, un generador de ruido, una etapa de ganancia para dar suficiente potencia a la señal y finalmente una o varias antenas que transmiten lo generado por la placa.
Y como comentábamos inicialmente, inhibidores los hay de todas los tamaños. Desde poco más que un móvil a tan grandes como una maleta de mano, siempre dependiendo de las frecuencias que se quieran barrer (los hay para una sola o para varias) y del alcance (desde algunos metros hasta más de un kilómetro). Y por supuesto, si alguien se pregunta el origen o inicios de estos aparatos, nos tendríamos que remontar a una guerra, concretamente la Segunda Guerra Mundial, donde ambos bandos usaron inhibidores para interferir las comunicaciones del enemigo.
¿Por qué se prohibieron o restringió su uso?
Con los inhibidores de frecuencia ha ocurrido como con otros muchos avances, los tecnológicos incluidos: siempre hay quien le da un uso no debido. Los inhibidores de frecuencias pueden tener usos tan legítimos como proteger edificios concretos, impidiendo la activación remota de explosivos por ejemplo, pero son muchos los casos en los que su uso puede ser indebido, aunque quien emplee el inhibidor no sea consciente de ello.
El caso de las universidades
El uso de inhibidores se popularizó por ejemplo hace unos años en varias universidades españolas (Oviedo, Sevilla, Zaragoza o Valencia son algunos ejemplos). ¿Para qué? Como la tecnología se estaba usando a favor de los estudiantes que prefieren no tocar un libro, mediante el uso de pinganillos conectados con una persona en el exterior que facilitaba las respuestas de exámenes, fueron varios los profesores o facultades que tiraron por la calle del medio, usando inhibidores de frecuencia que impidiesen la comunicación con el exterior.
Varias facultades usaron inhibidores para evitar la comunicación con el exterior durante exámenes
Existen varios problemas en estos casos: el primero es que el radio de acción de los inhibidores no es controlable, más allá de la potencia que determina los metros a los que pueden afectar, por lo que podría estar perjudicando a usuarios que no estuviesen presentes en el aula del examen. Por otro lado, inhibir todas las frecuencias que pueden usarse en un móvil no es una tarea sencilla, ya que pueden variar según el operador de cada móvil, o incluso también se podría usar una red WiFi o bluetooth para la comunicación.
Alarmas comunicadas por red móvil
Otro uso más que indebido que se le ha dado a los inhibidores de frecuencia es para los robos en domicilios u otro lugares. Las alarmas que se conectan por red móvil se han popularizado en los últimos tiempos, ya que son más fáciles de instalar y más económicas. El problema en este caso es que los ladrones podrían acudir al lugar a ser robado con un inhibidor (generalmente las alarmas usan la banda de los 900 MHz) para que la alarma no pueda comunicarse con la central.
Afortunadamente, las empresas de alarmas ya son conscientes de que usar la red móvil convencional es susceptible de ser interferida por inhibidores de frecuencias (que como veremos a continuación se pueden conseguir fácilmente por Internet). Por ello lo primero que recomiendan es o bien instalar una alarma que se comunique por red fija, susceptible obviamente a cortes de cable, o usar redes como la de Sigfox, que gracias al empleo de una frecuencia ultra estrecha es prácticamente imposible de ser inhibida.
Lo que dice la ley sobre su uso
Visto estos usos no tan amistosos de los inhibidores de frecuencia (y los que no hemos mencionado) las autoridades tuvieron que tomar partido sobre el uso de estos dispositivos.
Los dispositivos inhibidores de frecuencia sólo pueden ser usados por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y Administraciones Públicas autorizadas, por lo que, en la actualidad, todos aquellos que se estén utilizando fuera de esta excepción, y sin la autorización expresa de la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones, se encuentran al margen de la legislación vigente, pudiendo aplicarse, en consecuencia, previa denuncia, el correspondiente régimen sancionador por parte del organismo competente.
Con las anteriores palabras queda muy claro que solo las fuerzas de seguridad del Estado pueden hacer uso de los inhibidores y de hecho las sanciones a las que nos exponemos en caso de no hacer caso a esas palabras, recogidas en la Ley General de Telecomunicaciones Española, van desde los 500.000 euros en el caso de que se considere una infracción grave y incluso hasta los 20 millones de euros en el caso de que se declarase como una infracción muy grave.
En España las sanciones por usar un inhibidor van desde 500.000 euros hasta 20 millones.
Y España no es el único caso de país que prohibe su uso, ya que nuestra ley solo traslada una directiva europea, aunque por ejemplo, Estados Unidos también prohibió en su día su uso. Aun así, se sabe de casos de países que a lo largo del tiempo han usado los inhibidores no solo para protegerse, también los han usado para impedir las comunicaciones por radio desde el exterior. En la Wikipedia podéis explorar más de un caso.
¿Y la venta de inhibidores?
No hace falta ser un gurú de Internet para acceder a tiendas online, sin tenernos que ir a páginas de chinas, donde podemos encontrar inhibidores de todos los tipos y precios, pero si su uso está más que prohibido, ¿se pueden vender? Ya sabemos que para algunas cosas las leyes en la red quedan bastante difuminadas, pero a pesar de ello el Ministerio de Industria lo deja muy claro en su página web:
Los inhibidores de frecuencia, inhibidores de telefonía móvil, inhibidores de comunicaciones y todo tipo de inhibidores que interfieren, dificultan o entorpecen las comunicaciones, no pueden ser importados, puestos a la venta, llevar el marcado CE, ni pueden ser utilizados en todo el territorio español, salvo las excepciones que se señalan en la propia Directiva.
A pesar de ello, comprar un inhibidor por Internet es una tarea bien sencilla, solo hace falta el dinero. En la primera tienda que hemos encontrado con una búsqueda muy sencilla incluso tienen una sección en la que supuestamente responder a la pregunta sobre la legalidad del uso de los inhibidores. Atención al texto, que no tiene desperdicio alguno:
El uso de estos dispositivos con el fin de evitar actividades ilícitas es totalmente legal. En los lugares donde el uso de sistemas de telefonía está restringido o no es necesario, es posible instalar este tipo de dispositivos, permitiendo que los usuarios de ese espacio sean conscientes que en un momento dado, sus dispositivos (teléfonos móviles, sistemas de comunicación,…) no van a estar operativos durante el tiempo que dure el evento. Es el caso de exámenes y pruebas de la universidad, teatros (durante la representación), iglesias (durante la omilía), auditorios ( durante el espectáculo), ayuntamientos, fuerzas gubernamentales o personal de alto riesgo.
En este tipo de eventos, no está permitido el uso de teléfonos móviles ya que interceden en las comunicaciones y en los sistemas de sonido.
Además, concretamente en el caso de los exámenes se ha extendido el uso de chuletas electrónicas o pinganillos, mediante los cuales algunos alumnos copian en los exámenes, recibiendo la información y las respuestas por un comunicador diminuto que se encuentra en el oido.
Para evitar que cualquier tipo de comunicación se realice en el interior del aula, se tiene que obligar a todos los alumnos a apagar el teléfono, pero aquellos que estén dispuestos a copiar, sólo se detendrán mediante el uso de inhibidores de frecuencias.
Si el rango de acción de los inhibidores está controlado, sólo las zonas adecuadas quedarán fuera de cobertura.
Nosotros defendemos el derecho que tiene cualquier persona de aislar una zona de su propiedad y evitar radiofrecuencias en su zona si no se interfiere en la señal que otros quieran recibir. Así, si en su casa decidiera no tener ni cobertura móvil ni GPS, WiFi ni de ningún tipo ¿Por qué no instalar un inhibidor? Usted es libre de decidir qué ondas pasan por su espacio, ya que cada persona tiene libertad para decidir qué pasa por sus propiedades.
Nuestro eslogan: “Donde acaba la libertad de uno, comienza la de otro.”
Evidentemente, la tienda vive de vender inhibidores, pero claramente están ocultando el hecho de que el uso de inhibidores es totalmente ilegal, incluidos los usos legítimos que mencionan. Por mucho que defiendan el derecho de aislar una propiedad privada de ondas, controlar al 100% hasta dónde llega el efecto de un inhibidor es imposible, por lo que pueda afectar más allá del área deseada. Además la ley es muy clara, su uso, importación y venta es ilegal.