Ya hemos visto en otras ocasiones cómo es necesario considerar más allá del mero espacio físico disponible en la sala y valorar la resolución, tipo de uso, contenido y sobre todo la distancia de visionado.
En relación a este último punto, hay multitud de estudios, análisis y opiniones que varían con cada avance tecnológico, con cada cambio de tecnología de panel, mejora en la resolución de los contenidos y disminución del tamaño de los píxeles.
Pero, ¿hay que hacer siempre caso a lo que dice la teoría o debemos considerar además otros factores a tener en cuenta?
Precisamente esta semana Samsung ha hecho públicos los resultados de un estudio realizado en colaboración con Ipsos sobre las tendencias del mercado español en cuanto a televisores se refiere, las prioridades del consumidor nacional y las opciones de tamaño en los hogares medios. Las conclusiones obtenidas son muy curiosas.
Para empezar señalan que el 70% de los españoles que han comprado televisores contempla la posibilidad de comprar un televisor más grande la próxima vez (vamos, que se les ha quedado pequeño). El 32% se arrepiente de no haberlo comprado más grande y del 70% de los que se plantean comprar un modelo más grande, el 25% ya ha comprado televisores de más de 59 pulgadas.
Según el estudio, en la mayoría de hogares la magnitud y la distancia de visionado de la sala son suficientes para poder tener un televisor de más de 75 pulgadas (a pesar de que actualmente el tamaño medio no supera las 50 pulgadas) y "el 87% de los hogares podría tener un televisor de 82 pulgadas, puesto que ese es el porcentaje de hogares que tienen más de 1.6 metros de distancia hasta el televisor, distancia de visionado mínima recomendada para este tamaño de televisores, según la ITU-R"
Lo que dice la teoría
¿82 pulgadas a 1,6 metros?, ¿no es mucha pantalla para tan poca distancia? Pues la teoría dice que no, aunque con matices. Gracias a la mejora en resolución como el 4K, las distancias óptimas de visionado para poder percibir el máximo detalle de las imágenes se han acortado. Así, la ITU recomienda esos 1,6 metros como mínimo para poder empezar a aprovechar todo el potencial de una pantalla de 80 pulgadas.
Hay otros estudios y recomendaciones algo más conservadores pero que van en la misma línea, como por ejemplo los de la SMPTE (Society of Motion Picture and Television Engineers) que recomienda para resoluciones Full HD una distancia mínima de visionado al menos el doble del ancho del televisor y que la máxima no supere más de cinco veces esa medida, cifras que se reducen a la mitad en el caso de pantallas 4K. Es decir, para una tele de 80 pulgadas con 1,9 metros de base recomienda 3,8 metros como mínimo en Full HD y 1,9 metros en 4K.
Sin embargo no hay que olvidar que esos 1,6 o 1,9 metros son las distancia mínimas recomendadas, pero entre ese mínimo y el máximo (que se situaría entre 3 y 4 metros) para poder sacar partido a una imagen 4K hay un margen muy amplio en cuyo punto medio (de hecho, la propia Samsung en el estudio señala sensatamente una distancia media recomendada de unos 2,4 metros para 82 pulgadas) encontraríamos el equilibrio calidad de imagen-tamaño-comodidad de visionado. ¿Por qué? Pues porque hay que valorar otras serie de factores más allá de la distancia de visionado.
Pero en la práctica...
El primer problema es el relacionado con el espacio disponible en la sala, ya que 80 pulgadas suponen casi 1,9 metros de base, algo que no está al alcance de todos los salones. Pero hay un aspecto más importante, el de la fatiga visual por tener que desplazar la mirada para abarcar todas las zonas de la imagen (lo que algunos llaman efecto "partido de tenis").
También las molestias ocasionadas por el exceso de luminosidad al tener una fuente de luz tan grande tan cerca de nosotros, sobre todo en condiciones de baja luz ambiental y con contenidos en HDR. Además, tenemos que tener en cuenta el ángulo con el que vemos la pantalla.
A partir de 60 grados empezamos a perder percepción cromática y a los 124 grados se deja de ver bien con los dos ojos. La SMPTE propone considerar el ángulo de visionado óptimo de 30 grados.
Basándose en esa aproximación, se recomienda que la distancia mínima de visionado sea tres veces la altura del televisor (en nuestro ejemplo de 80 pulgadas serían unos 3 metros) o 1,6 veces la diagonal de una pantalla 16:9.
Por último, debemos tener en cuenta que las emisiones televisivas actuales no son a 4K (ni siquiera la mayoría alcanzan el Full HD), con lo que entra en juego el escalado y la distancia de observación mínima se duplica o la diagonal se reduce en el caso de la TDT convencional, ya que la pixelación se hace más que evidente.