Se puede pensar en que es una de las partes más simples de un vehículo, pero una visita al centro técnico que SEAT tiene en Martorell nos ha demostrado justo lo contrario.
Puede que el sistema de audio de un coche no sea lo más complicado de crear, pero desde luego su concepción es mucho más compleja de lo que se puede creer en la actualidad. Los ingenieros de SEAT nos han explicado todo lo que se tiene en cuenta a la hora de añadir los altavoces aprovechando la presentación de las series Beats de sus modelos Ibiza y Arona.
Cuando los altavoces en un coche eran menospreciados
Al principio, los coches tenían una radio con altavoces frontales. No importaba cómo sonara, simplemente que hubiera la posibilidad de escuchar la radio.
Al principio, en los años 60, la instalación de un audio en los coches era un lujo. Y era algo tan simple como colocar una radio en la consola delantera con dos altavoces laterales, sin tener en cuenta ningún factor sobre la calidad de sonido. Si tenías suerte y captabas alguna emisora, podías escucharla. Ahí se acababa todo.
La música almacenada en un soporte llegó con las cintas cuadrafónicas, y en los años 80 el radiocasette que los millenials más mayores recordamos en muchos coches de nuestra infancia. Los altavoces pasaron de ser dos puestos delante a ser dos o incluso cuatro en las puertas. Había más calidad de sonido, pero era más bien por la mejoría del soporte y de las emisoras de radio que no por los altavoces. No había lugar para optimizaciones: era más importante colocar el airbag y tomarse molestias para optimizar el sonido se veía como algo completamente secundario e innecesario.
Los coches de los años 80 y 90 se identifican perfectamente con esta fotografía: radiocasette en el frontal, con los altavoces pasando ya a las puertas.
Seguimos avanzando en el tiempo y entonces llegamos al audio digital. La calidad mejora mucho, pero llegamos a un 'tope' en el que la calidad de la música ya se mide en Kb por segundo. Por la parte del soporte, ya no va a haber una mejoría tan grande como hasta ahora. En ese punto, los ingenieros tuvieron que buscar otros modos de seguir mejorando la calidad de audio de un coche. Y la respuesta la encontraron en los altavoces.
Del mismo modo en el que los constructores de una sala de cine o de conciertos miran muy bien la posición, el tamaño o la orientación de los altavoces, los ingenieros podían empezar a tener en cuenta esos factores con los altavoces de un coche. No sólo en la calidad del propio altavoz, sino en dónde lo colocabas, cómo lo colocabas y cómo modificabas su ecualizador para que sonara mejor.
A partir de aquí, según nos cuenta el ingeniero de SEAT Adrián Mateo, los estudios para mejorar la calidad del sonido en el interior de los coches pasaron a tener muchísima más importancia. Mejorar este aspecto de los coches pasó de ser "innecesario y secundario" a ser algo mucho más importante, y los ingenieros de otras partes del vehículo dejaron de menospreciarlo.
En los coches modernos los sistemas de audio están completamente integrados, y todo suele poder controlarse en una pantalla táctil.
El resultado es que hemos pasado de radios con altavoces frontales sin ningún tipo de ajuste en los años 60 a sistemas de hasta 10 altavoces cuidadosamente afinados y distribuidos para ofrecer la mejor calidad posible dentro de un vehículo.
De esperar envíos de un mes a poder hacerlo todo en la fábrica
Adrián Mateo nos comenta también cómo el propio proceso de afinar un sistema de audio para el coche ha pasado de ser algo enormemente tedioso a relativamente cómodo. Como hemos mencionado antes, al principio el resto de ingenieros tenían la prioridad: se colocaban los componentes principales del coche y la parte del sonido 'que se meta donde se pueda'.
En el estudio de sonido que SEAT tiene en su complejo de Martorell cabe un coche entero para poder hacerle todas las pruebas necesarias.
Eso fue mejorando a medida que la calidad del audio de un coche era más y más importante, aunque la tecnología de hace unos años hacía que el proceso fuera muy pesado. Como ingeniero de sonido modificabas la ecualización de los altavoces, sí, pero había una época en la que era el fabricante del sistema de sonido el que tenía que aplicar los parámetros.
En el pasado dependías de un proveedor que a lo mejor tardaba un mes en enviarte los altavoces afinados como querías
Así que los ingenieros calculaban esos parámetros, los enviaban al fabricante, el fabricante enviaba los altavoces afinados con esos parámetros, a los ingenieros no les gustaba como sonaba, re-afinaban, volvían a enviar... a lo mejor tardabas un mes entero en recibir los altavoces afinados, así que puedes imaginarte lo que se tardaba en poder modificar adecuadamente el sonido de los altavoces de un coche en el siglo pasado.
Afortunadamente, eso ha cambiado y ahora los avances tecnológicos han permitido que los fabricantes de automóviles dependan mucho menos de los proveedores de sistemas de audio. En el caso de SEAT se prueba y afina un sistema dentro de un estudio de sonido adecuadamente aislado, digitalmente, con ordenadores y con todo el personal experto presente en la prueba.
Uno de los ingenieros de SEAT comprueba la calidad de sonido del altavoz de un coche mediante un micrófono de alta sensibilidad.
La cámara en la que se hacen todas las pruebas es completamente anecoica, con las paredes absorbiendo todo el sonido y evitando que rebote. Cuando un coche es aparcado dentro de la sala se utilizan micrófonos de alta sensibilidad para grabar la calidad de sonido de los altavoces, hasta un punto en el que se logra determinar los efectos del mismo polvo que flota en el interior del vehículo. Ocurre lo mismo con la humedad, y desde SEAT nos describen que tienen instrumentos en otras salas para poder calcular los efectos de ésta.
Con todo, el proceso (al menos en el caso de SEAT) dura unos tres años. Empieza con pruebas en esas salas y estudios, con los propios altavoces, y termina con las pruebas del sistema en plena conducción para comprobar si todo ha ido bien.
Posición, orientación y materiales: todo importa
Los altavoces (en rojo) no es lo único que se analiza: los propios materiales del coche tienen influencia sobre la calidad final del sonido en un coche.
Hay bastantes factores a la hora de afinar el sistema de sonido de un coche. Para empezar, estamos hablando de un ambiente cerrado y mucho más pequeño que una habitación, una sala de cine o un teatro. Y ese ambiente cerrado tendrá sonido de fuera si estamos en movimiento, por supuesto.
La posición de los altavoces es importante: al colocarse en las puertas hay que tener en cuenta que pueden ser tapados por obstáculos que reboten el sonido como los asientos del coche (que pueden moverse al reclinarse) o nuestro propio cuerpo. También hay que tener en cuenta la rejilla exterior que protege cada altavoz, que irremediablemente modificará la calidad del sonido.
Algo muy importante: sabemos exactamente dónde van a estar las personas dentro del coche. Es algo que no podemos saber con tanta precisión en otros casos de uso. Adrián nos menciona el HomePod de Apple como ejemplo de buen paso en este aspecto, ya que este altavoz modifica su ecualización dependiendo del lugar de la sala en el que se encuentre.
Adrián Mateo, ingeniero de sonido en SEAT, hace sus pruebas de sonido con uno de los coches de la marca.
En el coche eso puede traducirse en modificar el balance de los altavoces dependiendo de si los está escuchando sólo el conductor o hay más personas dentro del automóvil. Lo más común es agregar un retraso en la señal de algunos altavoces para que la parte vocal de una canción suene más o menos en determinadas zonas de la cabina. Los sistemas de audio más modernos permiten que el propio usuario pueda modificar este punto.
Pero aún así, y por mucho que se intente, es imposible lograr una calidad de estudio en el sistema de audio de un coche. Los materiales de los que está hecho, como los cristales, lo impiden. Hasta la fijación de los aislamientos de la puerta inciden en los graves. Los ingenieros tienen muy claro que aunque se hayan dado grandes pasos en el sonido a bordo de un coche, hay niveles de calidad que simplemente no se podrán conseguir.
Mejorar la calidad del audio de un coche es un trabajo que ha mejorado muchísimo durante los últimos años, pero que debido a la propia naturaleza del coche jamás va a terminar. Los materiales, la forma, los propios altavoces... hay que hacer retoques para cada modelo que se fabrique, y cualquier avance puede cambiarlo todo. Afortunadamente, cada vez es más fácil aplicar todos los cambios.