El problema es que nadie se ha puesto de acuerdo con el estándar a implementar, y las apuestas por estas tecnologías han llegado con cuentagotas.
Ahora, sin embargo, parece que todo está en vías de solucionarse y las posibilidades que se abren ante nosotros son muy amplias. Sobre todo porque hablamos de que tanto Apple como Samsung y LG, tres gigantes en distintas medidas del mercado móvil, se han sentado con un consorcio de fabricantes de coches, entre los que se cuentan los más importantes, y con los propios fabricantes de chips NFC, Qualcomm y NXP. El estándar avanza.
La especificación de la Llave Digital
La clave de todo este asunto está en poner de acuerdo a todas las partes para convertir estos sistemas de cierre en un estándar que pueda emplearse por el resto de la industria. De ahí que resulte importante que en la mesa se sienten Apple, cuyo sistema de lectura NFC está en estos momentos cerrado y limitado a Apple Pay (y abriéndose con iOS 12), y una gran representación de los fabricantes de coches, como General Motors, BMW u Honda.
El estándar está a punto de llegar, y ya se ha publicado la primera especificación de lo que por ahora se conoce como la Llave Digital, o Digital Key, empleando la terminología anglosajona con la que la Car Connectivity Consortium (CCC) se refiere a ella. Una organización que está detrás de MirrorLink, los que servirán como intermediarios en todo este asunto.
No sólo podríamos arrancar el coche nosotros, sino transferir el arranque a otra persona que descargaría el código en su propio móvil
Colocar un sistema de apertura NFC en los vehículos, y también en los sistemas de arranque de los mismos, permitirá entre otras cosas que podamos acceder a nuestro coche y conducirlo sin llevar la llave encima, simplemente con nuestro teléfono móvil. Acercaríamos el móvil a la cerradura y al arranque, y estaría todo listo. Parecido a las llaves inalámbricas actuales, pero con un radio de acción mucho más corto, muy cercano al contacto físico entre coche y móvil.
Con este sistema también podríamos transferir los permisos de arranque a distancia. Un usuario podría ser el propietario y prestar el coche a un familiar o conocido, enviando el código encriptado para el arranque a su teléfono móvil. El mismo sistema se emplearía para vehículos de alquiler, e incluso para 'car sharing'. Cualquiera podría arrancar el vehículo en cualquier momento, y el problema de seguridad llega de repente a nuestra mente.
Establecer el estándar y su seguridad
Parte de esta llave digital sería un código de cifrado personal e indescifrable que vincularía en cada momento el coche a un teléfono móvil concreto, pudiendo transferirse este código a nuestra voluntad. Y para ello, habría que asegurar la inviolabilidad del cifrado, pues todo sistema de seguridad digital está a merced de los hackers y crackers si no cuenta con un nivel suficiente de seguridad, y de la transferencia de la Llave Digital de un móvil a otro.
Sea como fuere, parece que el arranque del coche con nuestro teléfono móvil está ya a la vuelta de la esquina. Con la primera especificación de la llave digital publicada, es cuestión de tiempo que el proceso se depure y lleguemos a obtener un estándar fiable que empiece a correr por los distintos fabricantes. Ya que llevamos el móvil siempre encima, ¿por qué no dejar que sea nuestra llave?