Del tamaño de una tarjeta de crédito pasó a la mini-SIM o la SIM clásica que empezó a reducirse de tamaño, primero a la microSIM y luego a la nanoSIM. Y pronto nos puede tocar olvidarnos de todas ellas, porque la eSIM o SIM virtual ha llegado para reemplazarlas.
Presentada en los prolegómenos del Mobile World Congress de 2016, la eSIM no deja de ser una SIM pero que irá incrustada en los dispositivos, sin posibilidad de retirarla. Aparentemente podría ser una desventaja, pero lo cierto es que no es así: la eSIM cuenta con numerosas ventajas. A continuación vamos a explicar en profundidad qué es una eSIM y por qué tiene todas las papeletas para marcar un antes y un después en el mundo de la conectividad.
De la tarjeta al componente electrónico
Evolución del tamaño de las tarjetas SIM
A pesar de que la SIM podría considerarse el corazón de cualquier teléfono móvil, la obsesión de los fabricantes por achicar espacio en el interior de los smartphones para reducir su grosor (y ahora los marcos) ha afectado también a las tarjetas. La miniSIM llegó en 1996, pero no fue hasta el lanzamiento del iPhone 4 que pasamos a la microSIM y hasta el iPhone 5 cuando ya dimos el salto a la nanoSIM.
Lo cierto es que la reducción del tamaño de la SIM era una tarea sencilla, porque además de poder apurarse su tamaño eliminando plástico redundante, lo cierto es que incluso el propio chip era más grande lo estrictamente necesario, reduciéndose con la nanoSIM. Pero en una vuelta de tuerca más la GSMA, asociación mundial de operadores y fabricantes, se pusieron de acuerdo para dar carpetazo y que la SIM pasase a ser un elemento integrado en los dispositivos, en formato de chip soldado a la placa.
Más allá del ahorro en el tamaño de la propia tarjeta, la eSIM hará desaparecer a las clásicas bandejas y a los pines que las leían
Con solo seis por cinco milímetros y el mismo grosor de una nanoSIM (0,67 milímetros) la eSIM ahorra espacio no solo por su menor tamaño respecto a anteriores formatos, ya que con ella también desaparece la bandeja clásica o los pines que actuaban de contacto con el chip. Y eso es una ventaja para los dispositivos clásicos, smartphones o tablets, pero sobre todo lo es para otro tipo de dispositivos, que tendrán ahora más fácil integrar una eSIM por su reducido tamaño. Y hablamos de casi cualquier cosa, desde relojes y pulseras a multitud de "cosas" que ahora no están conectadas.
Más allá de la reducción del tamaño
Algo así nos podría entregar nuestro operador para indicarnos cómo empezar a usar una eSIM
Hasta ahora hemos hablado principalmente de reducción de tamaño y de las posibilidades que ello abre, pero las ventajas de la eSIM van mucho más allá. Una de ellas es muy obvia: adiós a pensar en qué tipo de tarjeta (cuando todos tengan la eSIM) llevará nuestro nuevo dispositivo para adaptar nuestra tarjeta a él. Además, los pines que leen las SIM habituales son especialmente frágiles y difíciles de sustituir, por lo que un riesgo menos. No menor ventaja será la de olvidarnos de buscar un pincho para abrir la tarjeta de la SIM.
Y no queremos dejar para más tarde una duda que seguramente ya recorra muchas cabezas, ¿cómo vamos a cambiar de operador si la eSIM no se podrá sacar de nuestro móvil? Las portabilidades serán incluso más sencillas, ya que bastará con indicarle al operador al que vayamos a cambiar la numeración de la eSIM (el famoso ICCID de 19 o 20 dígitos que va impreso en las actuales tarjetas) de nuestro dispositivo para asociarla.
Eso sí, ello no significa que los plazos para cambiar de operador se vayan a acortar, porque el regulador de cada país establece el proceso y los plazos de una potabilidad, y de ellos dependerá modificar los tiempos. Otra cosa es que ya no tendremos que esperar a un cartero o mensajero pacientemente o acudir a un punto de venta para conseguir la nueva SIM, porque la misma eSIM que podemos usar con un operador la podremos usar con otro.
La eSIM facilitará asociar un número y tarifa a varios dispositivos e incluso permitirá llevar más de un número en un solo dispositivo
Y hay un punto que se nos ha prometido que se podrá hacer, que esperamos que sea posible cuando la eSIM llegue a los smartphones: la posibilidad de asociarla a más de un operador de distintos países. A los europeos que viajamos por el viejo continente ya nos puede resultar innecesario, por el fin del roaming de pago, pero sería algo de gran utilidad para viajar fuera o para los usuarios de otros países.
Por último, pero no menos importante, la eSIM también va a facilitar asociar un mismo número a distintos dispositivos. Además de ser útil para poder recibir llamadas de un mismo número en todos nuestros aparatos, también pondrá más fácil tener una única tarifa para todos ellos.
Primer asalto: tablets y relojes
Todo lo anterior está muy bien pero, ¿qué pasa con la eSIM? ¿Qué dispositivos cuentan ya con una? ¿Por qué todavía no ha llegado a los smartphones? Respondamos a cada una de las preguntas. Han pasado más de dos años desde la presentación de la eSIM y lo cierto es que su impacto todavía es muy reducido. La promesa era que los weareables la adoptasen en cuestión de meses, para llegar a los smartphones en 2017, pero no ha sido así.
Fue el Samsung Gear S2 el smartwatch que se hizo con el título de primer weareable con una eSIM integrada, que entre otros operadores de distintos países Orange comercializó en España. Aquello fue casi una prueba piloto, con unidades limitadas que se vendían en un número reducido de canales de venta, y no ha sido hasta ahora cuando Orange ha decidido apostar fuerte por la eSIM, integrada ahora en el Huawei Watch 2.
Aunque ya hay relojes, tablets e incluso smartphones que la integran, la presencia de la eSIM es todavía muy reducida
Si nos fijamos en las tablets, Apple consiguió el título de primera tablet con eSIM con el iPad Pro de 9,7 pulgadas, aunque curiosamente también tiene hueco para una nanoSIM. Eso sí, las posibilidades que ofrece esa eSIM a día de hoy todavía son muy limitadas, con pocos operadores compatibles y tarifas que no son precisamente las más baratas. Y si Apple tiene un título Google no iba a ser menos, siendo los Pixel 2 los primeros smartphones con eSIM, aunque solo es compatible con su propio OMV, Project fi.
2019 apunta a ser el año de la eSIM
El desembargo de las eSIM según IHS Markit
La eSIM parece no acabar de despegar, y es que en su camino además de cruzarse la dificultad de dar un salto tan importante en una industria con tantos actores, también se ha cruzado la intención de la GSMA de permitir que la eSIM se puede bloquear. La asociación se rindió a las exigencias de AT&T y Verizon, operadores estadounidenses que siguen apostando por la subvención de terminales, pero el Departamento de Justicia del país intervino, lo que provocó la paralización del desarrollo de la eSIM.
A pesar de dichas piedras en el camino, todo apunta a que 2019 será el año de la eSIM, pudiendo empezar a incluirse en los smartphones de gama alta que se presenten en el Mobile World Congress o fechas próximas. Incluso veremos a la eSIM expandirse en el sector de los portátiles y convertibles. Podría existir un periodo de transición en el que veamos a la vez una eSIM y una ranura para nanoSIM en los smartphones, dando tiempo a los operadores a adaptarse a la tarjeta virtual, pero la llegada de la eSIM aunque lenta es ya imparable.