Al menos la mitad de las manchas de sangre del Santo Sudario son falsas y solo algunas serían compatibles con la posición de un hombre crucificado, reveló una investigación. El estudio, publicado en el Journal of Forensic Sciences, fue realizado por un grupo de investigadores, liderados por Matteo Borrini, de la Liverpool John Moores University, y por Luigi Garlaschelli, del Comité para el Control de las Afirmaciones sobre las Pseudociencias (CICAP).
A través de técnicas de medicina forense se reconstruyó la formación de las manchas. El proceso determinó que algunas pueden ser compatibles con la posición de un hombre crucificado pero otras manchas no encuentran justificación en ninguna posición del cuerpo, ni sobre la cruz ni en el sepulcro.
"No analizamos la sustancia que formó las manchas pero quisimos verificar cómo podrían haberse generado sobre la figura del Santo Sudario", dijo a ANSA Borrini. Para hacerlo se simuló la crucifixión de uno de los autores de la investigación, Garlaschelli, utilizando sangre verdadera y artificial.
"Simulamos la crucifixión con cruces de distintas formas, de diversos tipos de madera y con diferentes posiciones del cuerpo, por ejemplo, con los brazos horizontales y hasta verticales sobre la cabeza", reveló Borrini. A través de estas pruebas, tal como se hace para reconstruir los rastros de sangre presentes en la escena de un crimen, se reconstruyó el modo en que se formaron las manchas en las muñecas, los antebrazos, las debidas a la herida de la lanza en el pecho y las manchas alrededor de la cintura, presentes en la figura del lienzo que la tradición cristiana considera el sudario que envolvió al cuerpo de Jesús.
Trascendió que la mancha sobre el tórax es compatible con la posición de un hombre crucificado, así como "las manchas en los antebrazos, las cuales indican que los brazos estaban extendidos hacia arriba, en una posición superior a los 45 grados".
En cambio, las manchas de las muñecas y en la zona lumbar "no encuentran justificación con ninguna posición del cuerpo, ni sobre la cruz ni en el sepulcro". En particular, los experimentos indican que es "totalmente irreal" la mancha que forma un cinturón en la región lumbar, debida a la eventual sangre vertida tras la muerte por la herida del costado, cuando el cuerpo estaba acostado en el sepulcro y envuelto en la tela. "Nuestras pruebas en un maniquí -explicó el investigador- mostraron que en este caso la sangre no llegaría a la región de los riñones sino que se acumularía en la región de la escápula".
Según los expertos, esta mancha, "se asemeja a una señal realizada de manera artificial, con un cepillo o un dedo". Estos resultados permiten concluir que el Santo Sudario "es un producto artístico medieval, en línea con los análisis ya existentes". A fines de los años '80, estudios realizados en tres laboratorios habían sugerido que el lienzo databa del período entre los siglos XIII y XIV (1.260 - 1.390).
Otro estudio, en 2005, había concluido sin embargo que aquellas pruebas se habían basado en un fragmento de tela añadido en la Edad Media y que el Santo Sudario data de hace entre 1.300 y 3.000 años.
Otros laboratorios, en cambio, intentaron reproducir la imagen. Hace alrededor de diez años, en el centro de investigaciones italiano Enea Frascati, un rayo de luz ultravioleta reprodujo sobre un lienzo de lino una imagen que tiene las mismas características que el Santo Sudario, que se encuentra en la Catedral de Turín.