Tras resolver el problema técnico que frustró el sábado el lanzamiento, que debió ser detenido cuando faltaban 55 segundos para el fin de la cuenta regresiva, la NASA lanzó este domingo la sonda que tendrá una misión sin precedentes: el sol.
Esta nave diseñada por la Universidad Johns Hopkins intentará alcanzar llegar a unos 6 millones de kilómetros del Sol y se alejará hasta 150 millones de kilómetros de la Tierra. Volará a través los bordes de la corona del sol, como se conoce a su atmósfera externa. Al llegar a su destino, mantendrá su temperatura fría a pesar del extremo calor y la radiación y permitirá a los científicos explorar el sol como nunca antes: su objetivo principal es desentrañar los misterios de esta estrella, en especial, la inusual atmósfera de su superficie.
"Todo lo que puedo decir es: 'Wow, allá vamos'. Vamos a aprender algo en los próximos años", dijo Eugene Parker, el astrofísico de 91 años que pronosticó la existencia del viento solar hace 60 años y da nombre a la sonda.
Protegida por un nuevo y revolucionario escudo térmico de carbono y alta tecnología, la nave espacial pasará junto a Venus en octubre y establecerá su primer contacto solar en noviembre. En total, la sonda Parker realizará 24 acercamientos en los próximos siete años, en una misión con un costo de 1500 millones de dólares.
Cuando esté cerca del Sol, recorrerá el equivalente de un trayecto entre Tokio y Nueva York en un minuto, a una velocidad de 700.000 km/h, lo que la convierte también en el objeto más rápido construido hasta ahora por el hombre.
Por segunda noche consecutiva, miles de espectadores se congregaron en el lugar del lanzamiento, en Cabo Cañaveral, Florida , y en las localidades cercanas, incluyendo Parker y su familia. "La sonda solar va a una región espacial que nunca se ha explorado antes. Estoy seguro de que habrá sorpresas. Siempre las hay", dijo el científico días atrás.
El cohete Delta IV Heavy despegó antes del amanecer del domingo, emocionando a los miles de espectadores que, desde kilómetros de distancia, pudieron ver como se elevaba en un cielo claro lleno de estrellas. La NASA necesitó un potente cohete de 23 pisos, más un tercer propulsor, para poner a la diminuta sonda Parker, que tiene el tamaño de un auto pequeño y bastante menos de una tonelada de peso, en órbita hacia el sol.
Desde hace más de 60 años los científicos sueñan con construir una máquina de ese tipo, pero solo recientemente la tecnología permitió fabricar el escudo necesario para hacer de la misión una realidad.
Agencias AP y AFP
Fotos: AFP