Hace tiempo que se viene advirtiendo que el Bitcoin es un total desastre medioambiental y energético.
Esto es porque para minar la criptomoneda es necesario un consumo sostenido de electricidad por parte del equipo con el que se realizan las operaciones, y además hay que sumarle el posible gasto adicional de los sistemas de enfriamento.
Y el otro detalle es que mientras más sube de precio, más energía se necesita donar para mantener la red funcionando y lograr minar algo en el proceso.
Según el testimonio que dio el científico Arvind Narayanan de la Universidad de Princeton al Comité Senatorial de Energía y Recursos Naturales de Estados Unidos, la minería de Bitcoin ya consume casi el doble de energía lo que se estimaba en apenas mayo de este mismo año.
El experto explica que ninguna de las medidas que se han tomado para mejorar la eficiencia energética del hardware para minar criptomonedas han tenido impacto alguno, lo único que importa realmente es el precio.
Si el precio de una criptomeda sube, más energía será usada para minarla; si baja, menos energía será usada. Lo demás poco importa. En particular, el incremendo en la eficiencia energética del hardware de minado no tiene escencialmente ningún impacto en el consumo de energía.
Narayanan estima que la minería de Bitcoin consume actualmente unos 5 gigavatios de electricidad por día. Eso es más de lo que necesita un estado completo como el de Nueva York, o incluso toda una nación como Irlanda.