Miles de pasajeros en Japón tuvieron que pasar la noche varados en una isla/aeropuerto mientras el tifón Jebi, el peor en 25 años, hacía estragos, dejando en total un saldo de 11 muertos, 400 heridos y la evacuación de más de un millones de personas en gran parte del país.
Se estima que alrededor de 3000 personas quedaron atrapadas en la terminal del aeropuerto internacional de Kansai, apoyado literalmente sobre una isla artificial en la Bahía de Osaka, mientras el tifón arrasaba grandes zonas del oeste del país.
Los vuelos en Kansai fueron suspendidos con el agua de mar inundando la pista. Todo lo que los pasajeros podían hacer era esperar hasta encontrarse seguros. Ese momento llegó el miércoles a la mañana, cuando lanchas rápidas comenzaron a transferir a los pasajeros al aeropuerto cercano de Kobe.
"Esta tormenta es súper poderosa. Espero poder volver a casa", dijo una turista de Hong Kong a la cadena publica NHK, mientras la tormenta se retorcía en el cielo en la noche del martes.
Otra mujer, una de las primeras en ser rescatadas del aeropuerto, contó que pasaron una noche sofocante cuando el aire acondicionado falló. "Nunca pensé que un tifón podía hacer tanto daño", dijo.
No se indicó cuándo el aeropuerto, que opera unos 400 vuelos diarios, podrá reabrir, pero algunos medios indicaban que permanecerá cerrado por lo menos durante una semana.
El aeropuerto es la principal puerta de entrada para los turistas asiáticos que visitan Osaka, Kioto y Kobe. Y da servicio a una de las zonas comerciales y de negocios más importante del país. Su cierre generó preocupación por el posible impacto en el turismo y la economía.
El vórtice del meteoro tocó tierra el martes con vientos sostenidos de 160 kilómetros por hora (100 millas por hora) y dejó una senda de destrucción dentro y alrededor de Osaka y en ciudades próximas, que fueron las más afectadas por la tormenta.