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04/10/2018 08:32 hs

Donna Strickland, tercera científica que gana el Nobel de Física en 117 años

Internacionales - 04/10/2018 08:32 hs
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Donna Strickland comparte el premio más prestigioso con Gérard Mourou por desarrollar un método para generar pulsos ópticos ultracortos y de alta intensidad

Donna Strickland (Guelph, Canadá, 1959) ha entrado este martes en el selectísimo club de las científicas que han ganado un Nobel de Física. Una escueta lista en la que hasta ahora sólo figuraban Marie Curie (que en 1903 lo compartió con su marido, Pierre Curie, y con Henri Becquerel) por sus investigaciones sobre radiactividad y Maria Goeppert-Mayer, galardonada en 1963 por sus estudios sobre la estructura interna de los átomos. Curie, por cierto, repitió en 1911 al ganar el Nobel de Química en solitario por descubrir los elementos radio y polonio.

La Real Academia Sueca de las Ciencias ha recibido críticas en las últimas ediciones por la llamativa escasez de mujeres galardonadas en las ramas científicas. Sólo 12 mujeres han logrado la máxima distinción en la rama de Medicina o Fisiología y cuatro en la de Química a lo largo de la historia. Pero la ausencia de mujeres entre los galardonados era particularmente significativa en el campo de la Física, pues en 117 años sólo lo habían obtenido Curie (francesa de origen polaco) y Goeppert-Mayer (estadounidense de origen alemán), cuyo anuncio, por cierto, fue recogido en 1963 con este titular por un periódico local de San Diego: "Madre de San Diego gana el premio Nobel".

Donna Strickland ha sido galardonada con el Nobel de Física junto a otros dos científicos.

La mitad del premio ha sido para el estadounidense Arthur Ashkin (Nueva York, 1922), que a sus 96 años se ha convertido en la persona más anciana que gana un Nobel.

Ashkin ha sido reconocido por inventar la pinza óptica, un instrumento científico capaz de captar y mover partículas, átomos, virus y otras células sin dañarlas mediante el empleo de haces de luz. Una técnica que José Rodrigo, profesor de Física de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), describe como una trampa láser. "La luz puede mover objetos sin tocarlos. Usando un microscopio, se enfoca el haz láser sobre una muestra. La pinza óptica atrapa la bacteria o la célula y la mantiene confinada. Se quedan pegadas a la luz y Ashkin se dio cuenta de que podía explotar esto", añade Rodrigo.

La otra mitad del Nobel de Física 2018 la comparten el francés Gérard Mourou (Albertville, 1944) y la canadiense Strickland por desarrollar un método para generar pulsos ópticos ultracortos y de alta intensidad denominado Chirped Pulse Amplification (CPA). Su revolucionario artículo fue publicado en 1985 y fue la base de la tesis doctoral de Strickland. Para entender en qué consiste este método y qué es un pulso ultracorto hay que hablar de femtosegundos -"que es al segundo lo que el segundo es a la Edad del Universo. Es decir, algo extremadamente corto", explica la catedrática de Física Rosa Weigand, profesora del Departamento de Óptica de la Facultad de Ciencias Físicas de la Universidad Complutense.

"La clave de esta técnica es la alta intensidad porque ya había técnicas para desarrollar los pulsos láser en el rango de los femtosegundos (mil billonésimas de segundo)", añade Luis Bañares, catedrático de Física de la UCM y presidente del grupo de láser ultrarrápido de la Real Sociedad de Física.

Según explica Weigand, "desde que en 1960 se desarrolló el primer láser, los científicos siempre han intentado tener pulsos más energéticos, más cortos e intensos, porque cuando interaccionas con la materia entras en regímenes que no son usuales en la Tierra". En la comunidad del láser, asegura, "se echaba de menos que los pulsos ultracortos no hubieran recibido todavía el Nobel".

Un abanico de aplicaciones

Tanto la pinza óptica como el método para generar pulsos ópticos ultracortos y de alta intensidad fueron desarrollados en la década de los 80 y, tres décadas después, son muy utilizados en el campo de la física.
"La pinza óptica me parece una técnica extraordinaria y el fenómeno físico subyacente es muy interesante. Te permite hacer cosas extraordinarias, comoseparar bacterias físicamente. Hay muchas aplicaciones en biofísica", resume Luis Bañares.
Según destaca José Rodrigo, "la pinza óptica permite estudiar cómo se comporta una célula. También posibilita investigar qué fuerzas ejercen unas moléculas sobre otras o estudiar procesos moleculares en los que interviene ADN u otras moléculas".
"Los pulsos ultracortos tienen aplicaciones en todas las áreas de la Física. En Medicina, por ejemplo, puedes hacer cirugías específicas, como la corneal, porque no tiene efectos térmicos. En materiales puedes nanoestructurar superficies para darles propiedades específicas, por ejemplo, para conseguir células solares que se autolimpien", apunta Rosa Weigand.
Futuras Nobel

Respecto a la escasez de mujeres que han ganado el Nobel de Física y la situación de las investigadoras en este campo, Weigand explica que "el porcentaje de mujeres en el mundo de la física en Europa ronda el 20% y se está haciendo un esfuerzo por integrarlas cada vez más y que tengan acceso a puestos importantes y de dirección de proyectos". Sobre su experiencia investigadora desde que leyó su tesis en 1996, asegura que "trabajando en España", ha "recibido la misma educación, trato y consideración" que sus colegas masculinos.

"Como científico, me alegro de que se lo hayan dado a una mujer. Debería ser lo normal. En general, la física ha cambiado mucho y ya existe la percepción de que tanto hombres como mujeres pueden dirigir grupos sin problemas pero también habría que preguntarse por que las mujeres tienen más o menos interés en la física", apunta José Rodrigo que, junto a su colega Tatiana Alieva, ha desarrollado en el departamento de Óptica de la UCM trampas láser diferentes a las de Arthur Ashkin: "En vez de enfocar el haz en forma de punto, lo hacemos en forma de curva", resume.

"Durante mucho tiempo la incorporación de la mujer a la Academia y al campo de la investigación ha estado restringido, como ha pasado en tantas áreas de nuestra sociedad. Debido al machismo, no se han incorporado antes y no han sido consideradas adecuadamente. Esta situación ha ido mejorando lentamente, aunque todavía hoy sigue habiendo un déficit importante de catedráticas, sobre todo en las áreas de la ciencia", expone Luis Bañares. "Y bueno, efectivamente, hasta ahora sólo ha habido tres Nobel de Física y no hay que olvidar que una de ellas fue la extraordinaria Marie Curie, que estuvo en un ambiente adecuado que le permitió desarrollarse como científica".

Bañares cree, no obstante, que "poco a poco se están eliminando los prejuicios". "Yo puedo decir que cada vez veo más grupos de investigación liderados por mujeres, y son mujeres de mucha valía que en el futuro se merecerán el Nobel".

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