Epic Games, el estudio que desarrolló Fortnite, el juego sensación del 2018, cierra el año con ganancias multimillonarias, alcanzando los 3 mil millones de dólares, según publica TechCrunch.
Fundada en 1991, Epic no dio cifras de ingresos para su gran éxito -que cuenta con 125 millones de jugadores-, pero este nuevo hito en los beneficios, combinado con otros datos, da una idea del éxito que la desarrolladora está viendo como resultado de un cambio de estrategia previsor que se produjo hace seis años.
Fortnite, que se juega gratis pero gana dinero vendiendo objetos digitales, ha popularizado la categoría Battle Royale casi sin ayuda de nadie, y ha sido el título destacado del año.
El videogame es un fenómeno global, jugado obsesivamente por niños, raperos, atletas profesionales y contadores de mediana edad. Es una juego de lucha a muerte en el que gana el último que queda en pie y en el cual los jugadores pelean por armas, recursos y supervivencia en una isla devastada por la tormenta.
Como un juego que es social, fácil de jugar y difícil de dominar, ha sido un éxito particular entre los niños en edad escolar, lo que generó inquietud entre maestros y padres.
Fortnite no es la única pegada de Epic. El éxito anterior de la firma desarrolladora fue Gears of War, la franquicia más vendida para Microsoft Xbox 360. Epic también posee Unreal Engine, uno de los dos sistemas operativos más usados para desarrollar juegos.
Al principio, Epic cobraba a los clientes por usar el software. Las ventas despegaron cuando Tim Sweeney, dueño de la empresa, hizo el producto gratis y, a cambio, comenzó a cobrar regalías por las ventas de juegos hechos usando el software, que han incluido éxitos como Mass Effect y Batman: Arkham.
"La valoración de Epic se ha disparado junto con el éxito de Fortnite", afirma Timothy O'Shea, que cubre los juegos en Jefferies Financial Group: basado en los números de Electronic Arts y Activision Blizzard, Epic podría valer tanto como US$ 15.000 millones.