"Estamos cambiando un paradigma en la forma de vincularnos. Pero no es castigar. es sanar desde la palabra. Uno necesita ponerle palabras a algo para hacerlo tangible. Pero no es Boca - River". De ese modo Thelma Fardin sintetizó, en parte, sus sensaciones acerca de lo que sucedió a partir del 11 de diciembre, cuando hizo pública su denuncia contra Juan Darthés, por violación.
En diálogo con Andy Kusnetzoff y Nicolás Salvarrey durante la emisión del viernes 18 de junio del programa Perros de la Calle, la actriz repasó el periplo que debió transitar a partir del momento en el que tomó la decisión de sacar a la luz el hecho ocurrido en Nicaragua en 2009, en el marco de la gira de Patito Feo, cuando ella tenía 16 años, y él 45, y también habló de su hermana, Carla Lescano, quien negó que hubiera sido violada.
"Cuando hacés la denuncia, a la primera que ponen en el banquillo es a una. La primera pericia que hacen es sobre una misma", dijo Fardin, quien explicó que sabiendo eso, su decisión de contar lo que le pasó "no fue impulsiva". "Sabía a qué iba a estar expuesta. Sabía que iban a embarrar la cancha, aunque no que iba a ser con la proporción que finalmente tomó", admitió.
Ese barro incluye, obviamente, las declaraciones de su hermana, quien puso más que en duda la denuncia de Thelma, a quien además acusó de haber intentado algo similar con una ex pareja de su madre. En ese sentido, Fardin dijo que le duele la actitud de Lescano.
"Me duele porque ella es otra vítcima. Cualquiera que escucha su relato sabe lo doloroso que es eso. Y la están tratando de usar para deslegitimar. Como si lo biológico pudiera poner en otra categoría la opinión. porque es una opinión. Quiero pensar que lo hace por sanar, y no como algo destructivo. No es la excepción; es otro familiar que descree de una posible víctima", explicó.
Además, la actriz contó que le llega una cantidad inmensa de mensajes e historias de chicas, mujeres y también hombres que pasaron por situaciones similares a la que denunció. Y resaltó las dificultades económicas que representa intentar llevar el tema a la justicia. "El Estado pone siempre una defensa a disposición de un acusado, y está muy bien, pero cuesta mucho que se le garantice un respaldo legal a la víctima", concluyó.