Además de Ginebra, otros cantones suizos han pisado el freno de cara a la implantación de redes de quinta generación.
Mientras que la sospecha del espionaje chino sobrevuela sobre el 5G, Suiza ha abierto otra brecha sobre la seguridad de la próxima generación de redes de telecomunicaciones: el de la salud.
¿Son perjudiciales las redes 5G para la salud? Esa es la pregunta que se ha presentado en el cantón suizo de Ginebra a la que los políticos no han sabido responder.
Ante la duda, ha vencido el principio de cautela y la administración cantonal de Ginebra ha decidido de forma temporal frenar el despliegue de las redes 5G en su territorio, hasta que existan "estudios científicos independientes"que demuestren que estas redes de telecomunicaciones no resultarán perjudiciales para la salud de las personas.
"Se nos ha dicho que la frecuencia es casi la misma que en el 4G pero, en el caso del 5G, será utilizada para conectar objetos entre ellos. El entorno se encontrará más cargado de ondas electromagnéticas y nadie sabe si su acumulación resultará perjudicial para la salud", ha afirmado el promotor de la iniciativa, Bertrand Buchs, que pertenece al Partido Demócrata Cristiano de Suiza.
La moción fue debatida de forma urgente Ginebra apelando al principio de precaución, un concepto político que establece que cuando una evaluación pluridisciplinaria, contradictoria, independiente y transparente, realizada sobre la base de datos disponibles, no permite concluir con certeza sobre un cierto nivel de riesgo, entonces las medidas de gestión del riesgo deben ser tomadas sobre la base de una apreciación política que determine el nivel de protección buscado.
El veto temporal ha salido adelante con 58 votos a favor, 28 votos en contra y una abstención. Además, la moción insta al Consejo de Estado helvético a solicitar a la Organización Mundial de la Salud estudios científicos independientes, descartando como bueno informes realizados por entidades dependientes del gobierno suizo como el que hizo la Oficina Federal del Medio Ambiente sobre las redes 5G.
Aunque se trata del caso más sonado, no es la primera ocasión en las que la clase política decide tomar medidas ante los posibles efectos que pudieran tener estas infraestructuras sobre la salud de las personas. Días antes del veto de Ginebra, Vaud también decidió parar "la instalación de nuevas antas 5G en el cantón hasta que existan un informe federal que permita conocer sus efectos y establecer los límites que se deben adoptar".