Sobre el final el cervecero encontró el premio a través de Martín Cauteruccio y sigue afuera del descenso, relegando a Independiente. El Pincha no levantó ni con el debut en el banco de Mauricio Pellegrino.
En el presente de Quilmes todas las emociones se exacerban. Encontrarse en la cornisa del descenso, con Independiente detrás, agudiza todos los sentidos de su gente, y por ello es que su trabajoso triunfo por 1-0 frente a Estudiantes como local se vivió tan intensamente. El Rojo, mientras tanto, sigue sufriendo en zona de peligro.
El primer tiempo resultó parejo. El equipo del debutante Mauricio Pellegrino exigió a Emanuel Trípodi con un intento de Maximiliano Núñez y una aparición de Leandro Desábato, pero los de Omar De Felippe siempre buscaron y amenazaron con disparos desviados de sus mejores cartas, Fernando Elizari y Martín Cauteruccio.
Sin embargo, a los 26 minutos se dio la acción más polémica, porque tras un córner desde la izquierda que terminaba con un cabezazo al ángulo, el árbitro Silvio Trucco cobró una falta inexistente de Sebastián Martínez.
Durante todo el complemento pareció que el peso de esa jugada terminaría arrastrando definitivamente al resultado. Los del Longaniza le dieron trabajo a Trípodi con Desábato y un toque del ingresado Carlos Auzqui, sin arquero, se estrelló en el palo.
También, Elizari probó un remate cruzado que se fue muy cerca. Hasta que a los 42 llegó la justicia, cuando Ismael Quilez le dio desde la derecha un centro pasado a Cauteruccio, quien se tomó su tiempo para acomodarse y clavó el balón en el palo derecho de Gerónimo Rulli. El delirio se apoderó del Sur.
Quilmes atesoró así tres puntos de oro que le permiten mantenerse afuera de la zona de peligro, mientras que Estudiantes sigue sin ganar pese al cambio de rumbo que pretende imprimirle su flamante conductor.