Blitab permitirá a los invidentes estudiar, informarse, jugar y sobre todo sentirse parte de una sociedad en la que nadie debe quedar excluido.
Kent Cullers es un astrofísico estadounidense que soñó desde niño con trabajar en la NASA y no se detuvo hasta conseguirlo. Durante varios años fue uno de los responsables del famoso programa SETI, destinado a encontrar señales de inteligencia extraterrestre en el espacio. Su historia, aunque no demasiado común (obviamente hay más camareros que astrofísicos en el mundo), alcanza la categoría de extraordinaria por un simple detalle: Cullers es ciego. De hecho, probablemente sea el primer astrónomo ciego en Estados Unidos. Esta peculiaridad hizo incluso que Robert Zemeckis se inspirara en él para crear uno de los personajes de su película Contact. La historia de Cullers, al igual que la de otros ilustres invidentes como Ray Charles o Jorge Luis Borges, demuestra que con tesón y una vocación verdadera los invidentes pueden desempeñar prácticamente cualquier actividad profesional. Con tesón y con la ayuda de las herramientas adecuadas, claro.
Herramientas como la diseñada por Kristina Tsvetanova. Las dificultades de un amigo invidente para inscribirse en un curso online, algo que para la mayoría de las personas es un simple trámite, fue lo que animó la ingeniera búlgara a buscar una solución que permitiera a los ciegos saltar sobre la brecha digital. “Solo el 1% de la información total está disponible en braille. Y esta es la única posibilidad que tienen los niños y los adultos de alfabetizarse, de aprender a leer y a escribir”, explica Tsvetanova. “Es crucial para que después puedan encontrar un empleo”. Y si hablamos de información en la actualidad, de lo que hablamos es del mundo digital y de Internet. Un mundo que resulta menos accesible para los 285 millones de personas que sufren algún tipo de discapacidad visual. De esa injusticia que emocionó a Tsvetanova y de su inquietud por ayudar surgió Blitab, la primera tableta del mercado capaz de convertir en braille texto y gráficos procedentes de páginas web o dispositivos de almacenamiento digitales como una memoria USB, y hacerlo además en tiempo real. El sistema creado por Tsvetanova y sus socios consiste en un líquido inteligente que se levanta formando pequeñas burbujas para que pueda ser leído.
Blitab permitirá a los invidentes estudiar, informarse, jugar… y sobre todo sentirse parte de una sociedad en la que nadie debe quedar excluido. Compañías, organizaciones sin ánimo de lucro, gobiernos y universidades de todo el mundo ya se han interesado por su idea, lo que le augura una más que interesante proyección. Tsevetanova, seleccionada como una de los 35 innovadores menores de 35 por el MIT, piensa que los dispositivos que utilizan el audio no son competidores para Blitab porque “el braille nunca morirá al igual que la palabra escrita tampoco lo hará”. Una idea hermosa y esperanzadora.
Edición: Noelia Núñez | Douglas Belisario
Texto: José L. Álvarez Cedena