El periodista contó que logró reconciliarse con ella "después de su muerte", y tras muchos años de terapia.
Si bien en el último tiempo se animó a exponer públicamente algunas cuestiones de su vida privada, pocas veces se lo había escuchado a Jorge Rial hablar de su niñez, mucho antes de hacerse conocido. Por eso, resultó conmovedor el relato que realizó durante su paso por PH, Podemos Hablar, el ciclo que conduce Andy Kusnetzoff por la pantalla de Telefe, sobre sus padres, los españoles Ramón y Victoria.
"Mis viejos eran campesinos: uno tenía tercer grado, el otro primero o segundo. Y mi vieja me demostraba el amor desde la violencia. Lo cuento hoy así porque en terapia logré reconciliarme con ella, pero su amor era desde la violencia. Yo tampoco era un pibe muy tranquilo que digamos…", reveló.
Ante la sorpresa del conductor y de todos los invitados, Rial contó que en una ocasión debió ser hospitalizado debido a una agresión de su propia madre. "Estuve internado por violencia. Mi vieja, un día, en una cena, agarró un sachet de lavandina y me lo tiró. Me entró lavandina y me tuvieron que internar", reveló, ante la sorpresa de Andy y el resto de los invitados a la mesa.
Al ser consultado sobre la reconciliación con ella, contestó: "Lo pude hacer, pero después de que murió, con mucho laburo de terapia. Me di cuenta de que era su manera de amarme y que me amó; me doy cuenta por cómo soy yo con la gente que quiero. Entonces, hay una raíz buena ahí".
Rial no tuvo problemas en hacer referencia a diferentes aspectos de su vida personal. Incluso, en sintonía con sus revelaciones sobre su madre, contó por qué en el último tiempo se animó a hablar públicamente sobre su vida privada.
"Hay un cambio que hiciste en el último tiempo, porque nadie sabía nada de tu vida y de repente pasaste a ser tapa de todas las revistas. Hubo una exposición tuya. ¿Fue una decisión? ¿Lo hiciste por alguna razón?", le preguntó Andy.
El periodista respondió: "Fue una sobreexposición. Hoy lo veo como un error, pero recién me separaba después de más de 20 años de casado. Hice lo que hace todo tipo grande cuando se separa. Estúpido, me compré un Mini Cooper. ¡No entraba! Era una cosa espantosa. Salí con una chica más joven, modelo, pero era lo que yo sentía: necesitaba tirar todo a la mierda, recuperar la autoestima. Pensaba que nunca más iba a poder seducir a una mujer. Después me di cuenta de que sí, y finalmente encontré a la mujer de mi vida".
"Soy muy intenso, vivo la vida con mucha intensidad, pero en ese momento… Todo era el laburo. Todo lo ponía en el laburo. Ahora llegué, encontré mi lugar en el mundo. La vida es como cuando vas en micro: mirás adonde querés llegar. Ahora, a los 57 años, estoy en la etapa de mirar el paisaje, divertirme. En la profesión hice todo lo que podía hacer, encontré a la mujer de mi vida, me casé, estoy asentado. Las cosas que estoy haciendo, las empresas, están bien. Estoy muy asentado y tranquilo", agregó al respecto, para luego referirse a cómo se encuentra hoy su relación con sus seres queridos.
"Con mis hijas estoy mejor, con Morena muy bien. Soy abuelo, no lo puedo creer. Me encanta ser abuelo", concluyó feliz y orgulloso.
El asalto en el velatorio de la madre de Ventura
Claro que, más allá de la crudeza y emotividad de su relato sobre su madre, el programa también lo tuvo como protagonista a Rial cuando Andy convocó a que se acercaran al punto de encuentro aquellos que habían sufrido un hecho de inseguridad.
El periodista reveló que le robaron durante el velatorio de la madre de Luis Ventura: "Estábamos al lado del cajón y de golpe veo que hay un quilombo bárbaro y viene un tipo y me dice: 'Vos sos Rial, ¿no?' Le digo que sí y me pone el chumbo acá (señala el pecho). En el velatorio, en Lanús. Y me dijo: 'Dame todo o te gatillo. Te mato acá hijo de puta'. Yo le dije: 'Quedate tranquilo'. Saqué la billetera, se la di, y se fue corriendo", comentó.
"Nadie reaccionó. Menos mal, porque Ventura es grandote, el hermano también, y hubiera sido un desastre. Todos se dieron cuenta ahí nomás, pero fue todo tan rápido que los que estaban al lado mío no reaccionaron, gracias a Dios. Yo reaccioné rápido: con dos dedos saqué la billetera. 'Tomá, llevatela', y se fueron", concluyó.