Federico Langone se presentó en el ciclo que conduce Santiago del Moro para tratar de ayudar a cubrir los gastos del cuerpo de Berisso.
El sentido de pertenencia es una de las insignias de los bomberos voluntarios del país. Unidos y dispuestos a dar la vida para salvar a cualquiera que se encuentre en riesgo, ellos sienten que el cuartel y sus compañeros están por encima de todo. Esto lo repiten como si fuera ley desde los comandantes hasta los cabos de menor rango y sólo entendiendo esto se puede explicar que Federico Langone haya donado los 180.000 pesos que ganó en el programa "¿Quién quiere ser millonario?" a su cuartel sin quedarse ni un peso para él.
Acompañado por más de veinte compañeros de su cuartel de Berisso y vestido de punta a punta con el uniforme de la fuerza, este bombero de 34 años, casado y con dos hijos, aseguró que entre sus compañeros se sienten "como una familia" y explicó los motivos por los que fue al programa de Telefe.
"Vengo a participar para ayudar con lo que pueda ganar al funcionamiento del cuartel, para ayudar a solventar todos nuestros gastos. Muchas de nuestras herramientas vienen de afuera, y aunque tenemos apoyos y subsidios provinciales mantener un cuerpo como el nuestro, que es de 110 personas, no es fácil. Día a día, la luchamos para ayudar a los demás. Hoy es una oportunidad para ayudar a nuestra institución".
Sobre su vocación, expresó: "Muchas veces cuando te preguntan por qué sos bombero, es mucho por tradición. En nuestro cuartel tenemos tercera generación de compañeros. Abuelos, padres e hijos siguen la tradición. En mi caso soy el primero de mi familia que arranca con esto y es una tarea ardua. Berisso es una ciudad de más de 100 mil habitantes".
Rápido de reflejos, Santiago del Moro aprovechó uno de los momentos emotivos del programa y le extendió la palabra a Claudio, el más veterano del cuartel, que desde la tribuna, señaló: "A mis compañeros los considero mis hijos, y al cuartel mi segunda casa. Lo nuestro es vocación de servicio, es estar al servicio del prójimo sin pedir nada y hasta arriesgando la vida. Estoy en el cuartel mañana y tarde, voy todos los días. A veces lavo la cuadra, porque aunque tengo un rango alto, ellos saben que soy uno más".
Langone también habló de sus círculo íntimo y la relación entre su deber como bombero y la vida familiar: "Ellos son lo primordial.Cuando suena la alarma a lo mejor uno está bañando a los nenes o haciendo la comida, y tiene que salir al cuartel para ayudar. Y ellos se quedan con ese sabor amargo de no saber si vas a volver.Nosotros nos preparamos, entrenamos, pero no sabemos con qué nos vamos a encontrar. Nuestras familias es el pilar fundamental, son los que nos abren el portón y nos prenden el auto para que lleguemos antes".
"Cada vez que salgo trato de darle un beso a los chicos, y me preguntan: 'Papá, ¿vas a volver?'. Uno se va tratando de volver, pero del otro lado no sabés qué vas a encontrar. Pero para eso estamos los bomberos voluntarios, en Berisso y en todo el país", continuó el bombero.
En su participación, Federico logró llegar hasta la pregunta en la que aseguró un monto de 180 mil pesos. Desde ahí siguió compitiendo pero con la certeza de que si fallaba se llevaría ese premio y, dos preguntas después, quedó eliminado al no saber qué mide un heliógrafo. De todos modos la jugosa suma y la oportunidad de difundir el trabajo y esfuerzo de la fuerza, eran más que suficientes para él.
"Ya el hecho de estar acá fue muy importante, que conozcan nuestro trabajo y a Berisso, que es la capital nacional del inmigrante. Estamos muy agradecidos. De corazón", se despidió.