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01/07/2019 08:59 hs

Quantum Fracture: el youtuber que enseña Física a tu hijo... aunque no quiera

Internacionales - 01/07/2019 08:59 hs
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José Luis Crespo es el divulgador científico español más seguido en internet, con 1,6 millones de fans. Un referente para alumnos y profesores que se atreve a criticar el sistema educativo.

Se llama José Luis Crespo. ¿José Luis? ¿Pepelu? ¿Joselu? Joselu sólo se lo llaman sus amigos más cercanos: «El resto, Crespo». Pues Crespo. Importante diferenciar entre lo personal y lo profesional cuando tu alter ego tiene 1,6 millones de fans en Internet. Su alter ego, por cierto, se llama Quantum Fracture y ese nombre tampoco le convence: «Me pilla alguien de marketing y me pega un tiro», admite.

Crespo es malo con los nombres, pero buenísimo con la Física. Por eso se ha convertido en lo que se conoce como edutuber, véase youtuber educativo. Adivine: lo de edutuber también le da como urticaria.



Vamos a intentarlo de nuevo: José Luis Crespo, alias Quantum Fracture, Crespo para nosotros a partir de ya, es el tipo que enseña física a tu hijo; aunque no quiera, porque no quiere. Nació en Valdepeñas (Ciudad Real)hace 25 años y es el divulgador científico español más seguido en YouTube. Nos recibe en su plató, que es también su estudio, que es también el salón de su casa. Su novia Sonia termina de arreglarse al fondo, en la habitación, y él advierte: no habrá fotos ni vídeo fuera de casa, nada que pueda dar una pista de dónde vive; no le vaya a pasar como a ElRubius, que un buen día se encontró a un argentino timbrando a su puerta. Menudo susto.

Diremos sólo que Crespo vive en la capital, en un típico piso madrileño antiguo pero reformado, pequeñito pero coqueto, y que todo en su casa está enfocado a su pasión, que es también su profesión. Hay montañas de apuntes de física y storyboards en el escritorio; hay libros en las estanterías con títulos como Dinámica clásica de partículas y sistemas o Teoría cuántica de campos en inglés junto a las Reflexiones del tío que se hizo famoso grabando en botellones de su colega youtuberFortfast; hay cables, trípodes y cachivaches varios en todos los cajones de la casa, también bajo la cama. Quantum Fracture es un trabajo a tiempo completo: 40 horas por vídeo, un vídeo a la semana.

Eche cuentas.

Tenía 17 años cuando descubrió YouTube. Entonces, allá por 2010, ElRubius no tenía ni 3.000 suscriptores. Uno era Crespo. Y lo mismo que seguía un canal de videojuegos le dio por buscar canales de ciencia: «No te haces a la idea de lo friki que soy», reconoce, y resopla.

De ciencia encontró cosas interesantes en inglés y ninguna en español, así que mientras preparaba la mochila para entrar a la Universidad rellenó el formulario de YouTube. Nombre: Quantum Fracture. «A nadie se le ocurriría poner ese nombre a un canal: está en inglés, es difícil de recordar...».

Y sin embargo, de eso iba a ir un poco la cosa. Si su bautizo rompía las reglas elementales del marketing, su intención era saltarse a la torera todos los principios de la divulgación para hacer algo mucho más punki que el mítico para-que-lo- entienda-tu-abuela. El 12 de marzo de 2013 veía la luz el primer vídeo de Quantum Fracture: una animación locutada que contaba la paradoja del hotel infinito de Hilbert y hacía reír por el camino.

Crespo tiene una dicción envidiable y una voz modulada que engola de cuando en cuando para darse como importancia. Por ejemplo, cuando habla de que se hizo físico sin saber muy bien si quería ser investigador, y subraya ese investigador con la garganta. «Me di cuenta de que como científico no era muy bueno, pero la comunicación científica no se me daba mal», recuerda ahora, 119 vídeos y más de 90 millones de visualizaciones después de aquel primer intento. «Ahora mismo, YouTube es mi trabajo, soy un youtuber de pleno derecho».

Toca la pregunta obligada, a lo Broncano:¿cuánto ingresa al mes? La estrella de Internet responde yéndose por otros derroteros: «Soy autónomo como tantos en España», explica. «Subo mis vídeos a YouTube y cada vez que se reproduce un vídeo yo me llevo un porcentaje». Con lo que le paga YouTube no llega a fin de mes, así que recurre a patrocinios, charlas... «No se diferencia mucho de lo que hace cualquier divulgador científico, sólo que yo tengo mi propio medio», dice.

Ese medio propio proporciona total libertad al creador para elegir temas y formas, pero también tiene sus cositas: 1,6 millones de personas esperan cada jueves las novedades de Quantum Fracture. En campos de fútbol, eso son 16 campnous llenos hasta la bandera exigiendo su ración de ciencia semanal. «¿Que si soy consciente? Radicalmente, no. Nadie puede, es mucha gente», reconoce.

En ese millón y medio largo cabe un amplio abanico de conocimientos: desde la noción básica para quien no tiene ni idea de Física hasta el contenido dirigido al ingeniero hiperformado. Así que el primer reto es «contentar a todo el mundo». Y Crespo resuelve, básicamente, haciendo lo que le da la gana: «Yo publico la locura que quiero y hablo de lo que a mí me apetece».

Y punto.

El segundo es el que más quebraderos de cabeza le da, pero también seguramente el que le ha convertido en un referente: la responsabilidad. «Me tomo muy en serio el rigor científico», dice, y suelta un dardo envenenado: «No puedo vender algo que es mentira aunque me convenga o me suba las visitas».

El recadito se lo dedica Crespo a sus haters. Porque sí, querido lector, también hay odiadores en el ámbito de la Ciencia, y tienen en YouTube un ecosistema perfecto para su crecimiento. «Hay gente, y esto es muy irónico, que piensa que la ciencia es algo muy dogmático, que hay una ciencia oficial que nos imponen las élites», y aquí engola la voz de nuevo, que la conspiración es una cosa muy solemne. «Te dicen que están mal algunas cosas de la física súper básica, proponen sus propias teorías», describe. «Uno tiene que lidiar con todo esto». Y él lidia respondiendo directamente. No es baladí que el vídeo más visto de Quantum Fracture, con 5,8 millones de visualizaciones, se titule Puedo convencerte de que la Tierra es plana. Te convence, sí, pero de lo contrario.

¿No es peligroso proporcionar un altavoz a quien va contra la Ciencia? Crespo responde a la gallega aunque sea manchego: «¿debería YouTube restringir los contenidos que den argumentos machistas? ¿O con ínfulas fascistas? ¿Dónde pones el límite? ¿Le das esa herramienta de restricción a YouTube o a la gente?».

Le dijo Pedro Duque en una entrevista que lo realmente preocupante no era que hubiera gente en internet diciendo que la Tierra es plana, que poco nos afecta, sino convenciendo a otros de que no vacunen a sus hijos. La vacuna a estos contenidos, valga la redundancia, está para Crespo en responder desde la misma plataforma. Al fin y al cabo, el mundo no termina en YouTube y «el que quiere consumir contenido antivacunas lo va a poder hacer en otro lado».

Quizá con esa intención anda YouTube dando mucho bombo a sus contenidos científicos y educativos en los últimos tiempos, con una inversión de 20 millones de dólares (algo más de 17,5 millones de euros) en su proyecto YouTube Learning. Siete de cada diez personas visitan la plataforma de Google para aprender. Jaime es una de ellas. Todavía está en el instituto, le gustaría estudiar Ingeniería Aeroespacial y es asiduo a los canales de Física, Química y Matemáticas: «Tienes a un profesor solo para ti». ¿Un profesor?

Decíamos que José Luis Crespo es el tipo que enseña física a tu hijo aunque no quiera. Lo encontramos en el primer Encuentro entre youtubers y profesores como representante de los edutubers. «Divulgación no es educación», matiza. «Yo no cojo el temario de Bachillerato y digo: 'Hoy vamos a hablar sobre el péndulo'. El propósito de mi canal no es formar físicos, sino que la gente pase un buen rato aprendiendo algo de Ciencia».

Una vez intentó meterse en el papel de profesor con unos vídeos de preparación para Selectividad y se sintió incapaz de volver a verlos una vez publicados, de puro bochorno: «Me había metido en un fregao que no me gustaba nada». Y sin embargo no se corta un pelo a la hora de criticar sin piedad el sistema educativo: «No creo que nadie salga del instituto sabiendo lo que son realmente las matemáticas».

Ojo, que algún profesor está de acuerdo con él: «Formamos alumnos que son muy buenos haciendo exámenes, pero que no saben hacer nada más», lanza Juan Francisco Hernández, profesor y jefe de los departamentos de Matemáticas y Física y Química en el Colegio Hispano-Inglés de Santa Cruz de Tenerife y autor de un blog de título elocuente: Esto no entra en el examen.

«Para escuchar una clase de Física o de Matemáticas no hace falta ir a clase», dice Hernández. «Yo soy de Física y mi clase de Física la da mejor José Luis Crespo». Y sentencia: «Al profesor tradicional YouTube ya lo mató hace muchos años».

El Mundo 
 

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