El sumo pontífice envió un mensaje a través de su cuenta de Twitter tras enterarse del deceso del paciente francés que se había convertido en un símbolo del debate sobre la muerte digna.
"Que Dios Padre acoja en sus brazos a Vincent Lambert. No construyamos una civilización que elimina a las personas cuya vida consideramos que ya no es digna de ser vivida: toda vida humana tiene valor, siempre", escribió el papa Francisco este jueves en su cuenta de Twitter, horas después de que se conociera la noticia de la muerte del paciente tetrapléjico francés.
El Vaticano había expresado más temprano su congoja por el fallecimiento de Vincent Lambert, que estaba en estado vegetativo y al que los médicos comenzaron a retirar la alimentación e hidratación artificiales hace nueve días.
"Nos hemos enterado con dolor de la noticia de la muerte de Vincent Lambert. Pedimos al Señor que lo acoja en su seno. Expresamos nuestra proximidad con sus allegados y con todos aquellos que, hasta el final, le han ayudado con amor y dedicación", señaló el portavoz interino del Vaticano, Alessandro Gisotti.
En un comunicado, el vocero recordó las palabras pronunciadas por el papa Francisco en torno a este caso: "Dios es el único dueño de la vida desde el principio hasta su fin natural y tenemos el deber de protegerla siempre y de no ceder a la cultura del descarte".
El Papa había pedido el miércoles en su cuenta en Twitter orar "por los enfermos que son abandonados hasta dejarlos morir", aunque sin nombrar a Lambert. "¡Que los médicos ayuden a la vida, no la quiten!", se leyó en la cuenta de Twitter del papa, publicada en nueve idiomas.
La Santa Sede tiene una posición muy clara acerca de estos casos de eutanasia pasiva. En un comunicado conjunto sobre el caso Lambert, elaborado por el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, y la Academia Pontificia para la Vida, se reiteró "la grave violación de la dignidad de la persona que la interrupción de la alimentación y de la hidratación comporta", contestando así a la decisión de los médicos de Reims (Francia).
Lambert se convirtió en símbolo del debate en torno a la muerte digna y mantenía enfrentada a su propia familia. Mientras sus padres, fervientes católicos, luchaban por que se mantuviera su tratamiento, su mujer y tutora legal era contraria al ensañamiento terapéutico.
El 28 de junio, la Corte de Casación francesa dictaminó que los médicos podían comenzar a retirarle el soporte vital. "La muerte de Vincent es ahora inevitable" y "sólo podemos resignarnos", dijeron sus padres el lunes en una carta abierta enviada por uno de sus abogados.