Seguramente ni Lionel Messi tenía en su bolsillo 900 mil dólares a los trece años. Probablemente ningún argentino haya alcanzado ese monto a una edad tan prematura. ¿Qué se hace con un preadolescente, en una etapa de formación crucial, con semejante fortuna? ¿Cómo se vincula con sus padres, con sus maestros y con sus compañeros de escuela? O, ¿cómo todos ellos hacen para acercarse a él, un ídolo precoz?
Es el caso de Thiago Lapp, el chico de Tigre que logró el quinto puesto -por debajo de cuatro norteamericanos- en el estadio Arthur Ashe de Nueva York, donde se disputó el primer Mundial de Fortnite, el popular videojuego que es furor en todo el mundo (lo practican unos 250 millones de usuarios), y que
le significó una ganancia bruta de 900 mil dólares (con los impuestos, le quedarían alrededor de 600 mil).
Primero quedó clasificado al Mundial de Nueva York -fue su primer viaje al exterior- luego de ir compitiendo y ganando entre 40 millones de participantes de todo el mundo, entre abril y junio. Después quedó quinto entre los 100 finalistas, más tarde cobró cientos de miles de dólares y hasta recibió el llamado del presidente Mauricio Macri felicitándolo. ¿Cómo hace para volver al llano un chico que se apoda King y su twitter es @KinGod?
"Es clave el entorno familiar, quienes lo rodean... Hay que saber conducir a un preadolescente de 13 años que, de un día para el otro, se encuentra con una desmesurada cantidad de dinero", expresa Felisa Lambersky de Widder, médica pediatra y psicoanalista, especialista en niños. "La familia es indispensable para que le haga entender al chico que la plata no es todo y que tampoco tiene asegurado su futuro".
Widder hace foco en la necesidad del diálogo, del cara a cara, para con un chico que pasa un tercio del día frente a una pantalla. "A esa edad un niño debe tener mucha contención hogareña y ese entorno debe brindarle un sentido de realidad que quizás, Thiago, que vive tanto tiempo en la ficción y que esa ficción le permitió ganar dinero, no tiene".
¿Qué sucede si no existe esa contención requerida? "Una persona con las características de Thiago podría desarrollar un sentido de omnipotencia y un exceso de poder que lo llevaría al hundimiento. ¿Cómo? El chico podría pensar que poseer ese dinero es alcanzar el cielo, y así empiezan las confusiones, las transgresiones y, quizás, una serie de eventos que lo llevan a pensar que es superior a sus padres, a sus maestros y que está por encima de su grupo de amigos. Es peligrosísimo para un chico que recién está saliendo al mundo, porque su poder no es el saber, sino el tener".
"¿Lo tiene todo Thiago? ¿Hay que cosificar el bienestar, la salud, la realización y el desarrollo en un montón de guita? Me parece un gran error si se piensa así, como también permitir que un chico de 13 años pase 8 horas por días frente a una pantalla de videojuegos", analiza Rosalía Alvarez, psicoanalista y especialista en familia. "Me parece grosero escuchar que se diga que entrena ocho horas, como si estuviera jugando al fútbol o haciendo algún deporte. Es una locura la falta de equilibrio".
Alvarez se refiere a la dificultad de coartarle a un chico la disponibilidad full time de disponer de la pantalla de juegos. "Estamos ante un nuevo y complejo paradigma, un modo diferente de relacionarse. Uno los ve aislados, pero ellos te manifiestan que así se comunican mucho más. Pero, ¿de qué tipo de comunicación estamos hablado? Estamos caminando por la cornisa", advierte.
La especialista remarca la importancia de los valores a la hora de saber vincularse. ¿Cómo evitar que un chico como Thiago piense que a los 13 se las sabe todas? "Hay que estarle muy encima, tener una marca personal, como en el fútbol. Pero en este caso hay que estar atentos porque el chico se puso King de sobrenombre, lo cual algo me está diciendo. ¿Rey? ¿De qué? Ojo, es riesgoso que el chico, cualquier chico de esa edad, se sienta el rey de la selva".
Para Harry Campos Cervera, psicoanalista en función didáctica, lo más preocupante, por encima de cómo se vinculará con su cotidianidad "es el modelo en el que se transforma Thiago para los demás chicos que están jugando Fortnite todo el día. ¿Me explico? El riesgo de que el Fortnite se transforme en un deporte sedentario pero lucrativo", ironiza.
Campos Cervera, atribulado, se pregunta con qué autoridad un padre le puede decir a su hijo: "Apagá eso, dejate de joder y ¡ponete a estudiar!. Mi preocupación pasa por esos chicos que están atrapados por la adicción que genera el Fortnite, ahora con el estímulo de que un par, un generacional, logró hacerse millonario gracias a estar horas y horas practicando. ¿Cuántos pibes van a querer competir en la próxima competencia?".
Otro aspecto para no soslayar es que "los campeones de Fortnite son considerados como una suerte de influencers, por lo que es inevitable para los preadolescentes la identificación con estos personajes, lo que lleva a la trampa de una enorme adicción. Por los objetivos, los ideales a conseguir y sus características, el Fortnite cautiva, atrapa y el riesgo es, a esa edad, no poder zafar", subraya Campos Cervera, quien no duda que Thiago se erigirá en un ídolo para sus compañeros de clase.
Psicoanalista y psiquiatra, especialista en adicciones comportamentales, Alberto Alvarez también se refiere a lo fundamental de los valores familiares que se reciben desde la cuna. "Es importante entender qué trascendencia tiene la plata para esa familia. ¿Thiago y su familia se la creen o no se la creen? ¿Se sienten superiores por haber ganado esa fortuna, o retomarán su normalidad sin inconvenientes?".
Alvarez no duda que la responsabilidad para mantener centrado a Thiago la tienen los mayores, "porque un chico a esa edad tiene todo el derecho a sentirse un Rey, como dice su apelativo. Todavía es muy prematuro, pero los padres deben evitar, primero, marearse ellos y después transmitir sobriedad y sobre todo realidad a su hijo".
El profesional insiste en la prioridad de retomar cuanto antes "la vida que estaban haciendo hasta hace algunas semanas, no por eso evitar la alegría que significa haberse consagrado. Porque es muy importante, también, que Thiago sepa que es muy bueno en ese videojuego, que requiere habilidad, decisión, inventiva, o sea varias cuestiones que dependen de cómo uno se maneja. Yo creo que algo de inteligencia el juego requiere y Thiago demostró un virtuosismo y una habilidad innegables".
Para la licenciada Diana Litvinoff, autora del libro "El sujeto escondido en la realidad virtual", internet se transformó "en un territorio que brinda la oportunidad de ganar dinero a gente que no tiene grandes oportunidades, o no está preparada lo suficiente. Así surge gente joven, como youtubers, que ganan mucho dinero, u otros que inventan un sitio web que es comprado por cifras millonarias, o como este chico, que con un videojuego, obtuvo una fortuna. Por eso su familia debe estimularlo para aprovechar esta facilidad sensorial y motriz, a fin de cultivarla con el estudio y el desarrollo personal".
Para Litvinoff es clave "respetar las etapas de los niños y los tiempos de maduración y evitar acelerar procesos. Mucho menos para utilizarlos con bienes económicos vinculados al mundo adulto. Por otra parte el chico debe entender que esa plata la administrarán sus padres y él dispondrá de ella a partir de su mayoría de edad. En realidad toda la familia seguramente va a participar de esa ganancia. Eso no es inadecuado si se preserva capital para el uso del chico cuando sea mayor de edad".
Finalmente, Litvinoff concluye que la reinserción de Thiago puede ser positiva o negativa, depende de los grupos sociales. "En la vida así como hay que aprender a perder, también hay que aprender a ganar, entonces es importante elaborar posibles culpas o miedos, como la envidia, que no le permitan disfrutar del éxito. Él debe comprender que ganó un juego, no la vida. La cuota de humildad es indispensable para poder integrarse a la realidad, sin omnipotencia".
Para la especialista Cecilia Harms, en principio el psiquismo de un niño de 13 años no está ni intelectual ni emocionalmente preparado como para poder dimensionar y administrar una suma de dinero tan grande. "Hay una especie de desmentida de su condición de niño, ya que no hay posibilidad de que él pueda responsabilizarse de este premio, sino que deberán hacerlo sus padres. Podríamos decir que es un chico que recibe un premio del mundo adulto... un chico al que se lo adultiza... Y al mirar a un niño como adulto se lo abandona emocionalmente".
Con respecto a cómo vaya a impactar esta situación en su familia y con sus pares, para la psicóloga Harms "depende en mayor medida de cómo sus padres manejen el asunto. Ciertamente podría colocarse a este chico en un lugar de poder invirtiéndose la relación asimétrica padre-hijo. También él podría colocarse en una posición de superioridad con respecto a sus maestros, compañeros, etc. Y esto podría entorpecer su desarrollo pisco social".
Concluye Harms que "la familia tiene la posibilidad de responsabilizarse de la administración de este dinero y de acompañar a su hijo en poder pensar este nuevo escenario con tranquilidad y sensatez".
Javier Firpo
Fotos: Guillermo Rodríguez Adami