"Déjenla, Dios habla por los niños", señaló el Papa a los agentes de seguridad cuando una pequeña comenzó a correr y a jugar cerca suyo durante su discurso de los miércoles.
Una pequeña le robó el protagonismo al papa Francisco al subirse al escenario donde el pontífice daba su tradicional Audiencia General de los miércoles, saltando y aplaudiendo para deleite de la multitud.
La niña, que llevaba una camiseta rosa chicle, se soltó de los brazos de su madre y llegó al gran escenario de mármol de la Sala Nervi en la Ciudad del Vaticano.
Al notar nerviosismo entre algunos testigos, el Papa hizo señas a los agentes de seguridad que intentaban agarrarla para llevarla nuevamente a la platea. "Déjenla tranquila, Dios habla por los niños", señaló Francisco, cuando advirtió que la pequeña tenía una discapacidad.
La menor volvió con su madre, quien trató de mantenerla quieta, pero se escapó de nuevo y regresó al escenario, atrayendo los aplausos de la multitud en la sala de audiencias del Vaticano.
La niña brincaba de un lado a otro frente a Francisco, saltaba y ocasionalmente soltaba un fuerte aplauso.
"Esta pobre niña es víctima de una enfermedad y no sabe lo que está haciendo", dijo Francisco al final de la audiencia, que duró más de una hora. "Pregunto una cosa y todos deberían responder en su propio corazón. ¿Recé por ella cuando la vi? ¿Recé para que el Señor la sane y la proteja? ¿Recé por sus padres y su familia?", afirmó.
Y concluyó: "Cuando vemos a una persona que sufre, debemos rezar. Esta situación debería ayudarnos a hacer siempre esta pregunta. ¿Recé por esta persona que he visto y es obvio que sufre?".
El 28 de noviembre de 2018, Francisco permitió que un niño argentino con autismo se paseara por el escenario sin ser molestado. Después, durante los saludos a los fieles, el Papa explicó que el pequeño no podía hablar, que era mudo, pero "sabe comunicarse y expresarse".
El argentino Wenzel Eluney fue protagonista en una audiencia general del año pasado en el aula Pablo VI.
En octubre de 2013, durante la celebración de la Fiesta de la Familia en la Plaza de San Pedro, un niño colombiano adoptado en Italia también fue protagonista cuando subió a la zona papal, abrazó a Francisco mientras este leía su discurso y luego se sentó en el trono del Pontífice.