Los casi 200 brigadistas argentinos que fueron a Bolivia a apoyar la lucha contra el fuego en el Amazonas estuvieron a punto de retornar a Buenos Aires por decisión del gobierno de Evo Morales.
Los expertos habían recorrido casi 2.000 km (con muchos elementos para combatir el fuego) hasta la frontera y cuando todo estaba listo para su ingreso al país vecino, le comunicaron al embajador argentino en Bolivia, Normando Miguel Álvarez García, que la ayuda no era necesaria.
"Se hizo mucho esfuerzo por parte del gobierno argentino, en medio de la crisis económica, para tomar la decisión de ser solidario con el pueblo boliviano", lamentó el diplomático. Sin embargo, en menos de 24 horas, el gobierno boliviano retrocedió en su decisión y aceptó finalmente la ayuda enviada.
Así, este jueves ingresó al país a través del Paso Internacional Salvador Mazza-Yacuiba la primera columna compuesta por 93 hombres y 18 vehículos, quienes arribaron a Santa Cruz de la Sierra entrada la tarde. Ese contingente de rescatiatas se encuentra en estos momentos en la primera línea combatiendo las llamas en Chiquitania, una de las zonas más afectadas por los incendios.
Durante este viernes, se espera el ingreso de la segunda columna con 62 brigadistas y una veintena de vehículos. Finalmente, una tercera columna compuesta por 49 personas y un vehículo llegará mañana sábado por la mañana, dirigiéndose directamente a Concepción para sumarse al resto de los argentinos en las tareas para combatir los focos de incendio.
Las unidades, que está bajo la coordinación de la Dirección Militar de Asistencia en Emergencias del Comando Operacional de las Fuerzas Armadas, tiene capacidad de operar en forma autosuficiente durante 20 días, ya que está equipada con equipos de ingenieros militares de alto rendimiento.
El contingente argentinos está compuesta por efectivos del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea, quienes poseen experiencia en la lucha contra el fuego en su mayoría en la provincia de Córdoba y en las zonas boscosas de la Patagonia argentina.
Los incendios que afectan a la amazona boliviana ya han consumido 2,1 millones de hectáreas. Las llamas están dejando a su paso árboles ennegrecidos y suelos de bosques cubiertos de cenizas, así como cientos de animales carbonizados en sus tierras devastadas.