El huracán Dorian, uno de los más prolongados de la historia, dejaba este sábado el territorio de Estados Unidos para dirigirse hacia Canadá tras diez días de recorrido en los que provocó lluvias torrenciales con fuertes vientos, abundantes daños materiales y dejó un saldo provisorio de 43 muertos en Bahamas.
Aunque la costa sureste de Estados Unidos fue la más azotada, especialmente los estados de Carolina del Norte y del Sur, los efectos más devastadores se produjeron en su inicio en las islas del norte de Bahamas, donde las cifras provisionales oficiales reportan 43 muertos y continúa la búsqueda de desaparecidos.
"La pérdida de vidas que estamos experimentando es catastrófica y devastadora", afirmó el primer ministro de Bahamas, Hubert Minnis en un comunicado, en el que reconoció que muchas personas siguen desaparecidas y que el número de fallecidos puede aumentar significativamente.
Según reportes de los medios bahameños, cientos de sobrevivientes del huracán se refugiaron en las terminales aéreas y marítimas de las islas con el objetivo de evacuar en dirección a Nassau, la capital del país.
Menos de un 10 por ciento de los huracanes desde que se registran estos fenómenos se mantuvieron activos durante tanto tiempo como Dorian, indicaron expertos.
En las Carolinas, en las que se el huracán provocó vientos de más de 150 kilómetros por hora, decenas de miles de personas siguen sin electricidad y hay importantes inundaciones. Una de las zonas más afectadas es la larga serie de islas barrera conocida como Outer Banks, en Carolina del Norte, donde en una de ellas, Ocracoke, se estima que casi mil personas permanecen aisladas.
"Actualmente la isla no tiene electricidad, y muchos de los edificios y casas están aún bajo agua", explicó el gobernador de Carolina del Norte, el demócrata Roy Cooper, en una conferencia de prensa.