Insólito, macabro y negligente resulta el caso que tiene a una mujer de 85 años, y a su supuesta muerte, como protagonistas. María Muñoz se encontraba internada desde el 21 de octubre en el Hospital Municipal de Chacabuco por una leucemia que padece hace cinco meses. En la noche del jueves, luego de una descompensación que había sufrido a primeras horas de la tarde, los médicos decretaron su muerte, dieron la noticia a sus familiares y firmaron el certificado de defunción correspondiente.
Lo que vino después fueron los pasos de rigor en tales circunstancias: retirar el cuerpo, trasladarlo a una sala velatoria y, en el caso de que sea el deseo de la familia, darle el último adiós. Pero esta rutina mortuoria dio un giro por demás insólito.
Gladys, la hija de Muñoz, lo contó en primera persona al medio local Chacabuco en Red: "A las 22 vinieron de la cochería, se la llevaron y nos dieron la sala velatoria. Al rato, uno de los muchachos de la cochería nos llama, ella ya estaba en el cajón, y me dicen que ella estaba viva. Le tocaban el estómago y ella respiraba, obviamente con dificultad”.
Superados el impacto y la sorpresa de ver a la mamá en el cajón con los ojos abiertos, Gladys y su familia se dispusieron a llamar a un médico para que constate que en efecto la señora tenía signos vitales. Como resultado, María volvió a ser trasladada al Hospital Municipal, con vida.
"Yo no lo puedo creer, estamos shockeados. Yo vivo en Pergamino, anoche me avisan que había fallecido y al rato me dicen que resucitó en la sala velatoria. Quedamos muy mal y muy nerviosos con esto", refirió Carlos, otro de los hijos de la mujer. Si bien ambos saben que el cuadro de su madre es irreversible, nadie les va a quitar la impresión de lo ocurrido.
Ignacio Gastaldi, director del Hospital Municipal de Chacabuco, explicó a Clarín que no desconfía de la actuación de los médicos que intervinieron, aunque la Asesoría Letrada de la Municipalidad de Chacabuco iniciará una investigación interna.
El médico detalló que “se pueden tener muchas hipótesis, como que haya habido un estado de catalepsia, cuando el paciente no tiene movimientos, queda fijo. Uno lo estimula desde el punto de vista verbal y físico, pero no responde”.
Claro que en ese caso habría ritmo cardíaco, admitió Gastaldi, y dijo: “Mi conclusión es que la señora estaba con un nivel de signos vitales bajo, con el pulso bradicárdico, el corazón con una frecuencia muy baja y una intensidad de latidos también baja, que resultó indetectable, esto sin mostrar, además, movimientos respiratorios”.
El médico aclaró que "la señora venía estando en una situación de agonía y sin hablar", y repasó la secuencia del jueves: "La familia nota que había dejado de moverse y que no respiraba. Llaman y va el enfermero y el médico de guardia interna. Es evaluada y el profesional que actúa en ese momento no detecta signos vitales. La familia no tenía el documento, por lo que la señora permanece una hora y media con la familia en la sala, hasta que se logran iniciar los trámites necesarios y retirarla con el móvil de la cochería".
Gastaldi insistió en que "estuvo una hora y media, tras haber sido evaluada, acostada en la cama, rodeada de la familia, y en ese momento nadie notó nada compatible con la vida".
Pero Gladys explicó a Chacabuco en Red otra cosa: dijo que notó que "la yugular se le movía" y aseguró que tras haber avisado al personal médico, le respondieron que "el cuerpo queda así".
En tanto, desde la Cochería Olivetto, la sala velatoria donde iban a despedirse los supuestos restos de María, mencionaron que en los años que llevan en la actividad, nunca les tocó atravesar una circunstancia como esta.
“[El cuerpo] llegó con los documentos, con los certificados firmados por la doctora y todo. Quien llegó a la cochería dijo que le hizo el favor a otra médica y firmó el óbito. Hace 40 años que estoy acá y es la primera vez que pasa una cosa así”, refirió Mirta, titular de la cochería.
Fuente: Clarín / Chacabuco en Red