Llegar a la habitación del hotel tras un largo viaje y comenzar a localizar los enchufes para cargar los diferentes dispositivos es algo ya cotidiano para la gran mayoría, y en este sentido, encontrar (sobre todo, en el extranjero) un conector USB en la pared puede ser como dar como un oasis en el desierto. Este tipo de conectores ahorran el quebradero de cabeza de lidiar con los diferentes tipos de enchufes que uno se puede encontrar en los distintos países, pero los expertos han vuelto a alertar de su peligrosidad: pueden ser un canal de acceso para los hackers. Y la amenaza es real.
Si bien se trata de una amenaza ya conocida y sobre la que los expertos han alertado en el pasado, la fiscalía de Los Ángeles, en Estados Unidos, ha lanzado una alerta pública en la que se pide a los ciudadanos que eviten a toda costa utilizar los conectores USB presentes en hoteles y aeropuertos ante la seria posibilidad de ser víctimas del conocido como juice jacking. Mediante esta técnica, los hackers pueden robar directamente de su teléfono móvil información privada del usuario o, peor todavía, instalar un malware que podría incluso registrar conversaciones, y toda la actividad realizada en el dispositivo.
“Impacto elevado”
¿Estamos ante una alerta desmedida o la amenaza es real? Fernando Suárez, presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Ingeniería en Informática de España, confirma que “el impacto de este riesgo es muy elevado” y, según este experto, “la amenaza y la consiguiente recomendación es similar a las de utilización de wifis públicas: no utilizarlos, ya que no sabemos qué otros usuarios y con qué fines utilizan ese medio compartido”.
Cómo protegerse
La posibilidad de quedarse sin batería es uno de los mayores temores para cualquiera, pero se debe asumir un elevadísimo riesgo ¿cómo evitarlo?
Evitar los puertos USB. Puede parecer evidente, pero es la primera recomendación de todos los expertos: no usar estos puertos USB públicos pese a lo convenientes que resulten y lo necesitado que pueda estar uno de batería.
Llevar el cargador encima. Los cargadores modernos apenas ocupan espacio y siempre se debería llevar uno encima para cargar el móvil y evitar tener que recurrir a estos puertos públicos.
Utilizar baterías portátiles. Los conocidos como powerbanks son un salvavidas para muchos viajeros y siempre será más recomendable su uso que recurrir a un USB público.
Apagar el dispositivo mientras se carga. Si realmente no hay más opción que cargar el móvil empleando uno de estos puertos USB, McAfee recomienda apagar el dispositivo mientras se carga para minimizar riesgos y evitar que haya tráfico de datos en el proceso.
Fuente: El País