Hizo su debut el año pasado, ayudando a los astronautas en la Estación Espacial Internacional en sus trabajos diarios. En su segundo viaje tendrá mayor capacidad para detectar y reaccionar ante las emociones humanas.
No es la computadora “HAL 9000” de 2001: Odisea del Espacio o “Mother” de la tenebrosa Aliens. Se trata de un ser inteligente mucho más amigable y confiable que las célebres computadoras centrales de algunas películas de ciencia ficción.
Se trata de CIMON, que significa Crew Interactive Mobile Companion (compañero móvil interactivo de la tripulación), un asistente basado en Inteligencia Artificial (IA) desarrollado por la empresa Airbus con tecnología de IBM para trabajar con los astronautas en la Estación Espacial Internacional (EEI) a 400 kilómetros de la Tierra.
CIMON, es el primer asistente de astronautas inteligente construido para colaborar en las múltiples tareas diarias y hasta científicas de los astronautas. En su primer viaje, el innovador aparato pasó 14 meses en el espacio y colaboró en múltiples tareas con la tripulación de la estación orbital.
El robot flotante controlado por voz, que opera con una leve sonrisa en la pantalla, es un poco más grande que una pelota de básquet y pesa 5 kilos. Y como tareas complejas, pudo mostrar instrucciones y grabar imágenes durante varios experimentos, mientras escuchaba y hablaba con el astronauta.
Regreso al espacio con emociones
El éxito que supo tener CIMON en las diarias tareas espaciales, llevó a los ingenieros europeos a impulsar su regreso al espacio, con interesantes novedades: el asistente inteligente tendrá una mayor capacidad para detectar y reaccionar ante las emociones humanas.
Así, el objetivo, según los investigadores que ajustaron el robot después de su primera misión exitosa, es transformar a CIMON-2 de un asistente científico a un “compañero empático”.
"Cuando CIMON se usó por primera vez en la Estación Espacial Internacional, demostró que podía comprender no solo el contenido dentro de su contexto dado, sino también la intención detrás de él", explicó Matthias Biniok, arquitecto principal de IBM Watson para Alemania. CIMON-2 va un paso más allá para evaluar las emociones y responder de manera apropiada si los astronautas lo desean.
Según amplían los ingenieros, de la misma manera que lo hizo su predecesor, CIMON-2 usa cámaras, micrófonos y un altavoz para ver, escuchar y hablar. CIMON-2 también incorpora otras tecnologías de inteligencia artificial en IBM Cloud, incluido el IBM Watson Tone Analyzer, que le permite evaluar las emociones de los astronautas y reaccionar en consecuencia; el IBM Watson Assistant, que le brinda al asistente aerotransportado sus capacidades de conversación; y los servicios de voz a texto de Watson, para reconocimiento de voz y transcripción de texto.
CIMON-2 también es un mejor oyente. Los nuevos micrófonos hacen que el dispositivo sea más sensible a los comentarios y comandos de voz, por lo que puede interrumpirse mientras habla.
Este robot se desplaza como un dron ya que aprovecha la ausencia de gravedad para moverse por medio de unas pequeñas hélices y chorros de aire. Para reconocer el entorno, cuenta con visión artificial basada en rayos infrarrojos.
Con este robot, los miembros de la tripulación pudieron completar con éxito en forma esquemática las listas de comprobación y los procedimientos necesarios para mantener activa y en pleno funcionamiento la enorme estructura espacial.
"CIMON simplificó el trabajo de los astronautas cuando realizan tareas diarias rutinarias, los ayudó a mejorar la eficiencia, facilitando el éxito de la misión y mejorando la seguridad, ya que también puede utilizarse como un sistema de alerta temprana de problemas técnicos".
Airbus recordó que en un principio se consideró el concepto del sistema de asistencia como parte de un estudio autofinanciado; sin embargo en agosto de 2016, la agencia espacial DLR encargó el desarrollo del proyecto a los expertos aeroespaciales de Airbus.
Desde entonces, un equipo compuesto por 50 personas que incluye miembros de diversas organizaciones, colabora para hacer que CIMON tome forma y cobre vida, quien está en proceso de aprendizaje para acumular conocimiento y conocer a sus nuevos colegas humanos.
Cerebro inteligente
Esta no es la primera vez que un robot viaja al espacio. La NASA llevó a su Robonaut 2, o R2, al módulo Destiny de la estación espacial en 2011. Pero R2 es un androide no autónomo, teleoperado por los astronautas o desde Tierra.
El robot tenía torso, brazos y cabeza y funcionó correctamente los primeros años. Pero cuando en 2014 los estadounidenses le agregaron un par de piernas robóticas y una gran actualización de software, R2 no fue el mismo. Empezó a tener un comportamiento extraño y dar un número creciente de errores, lo que llevó a los responsables del proyecto a desconectarlo.
Para el tiempo de R2, hace ya 7 años, la IA no estaba muy desarrollada. Por eso la importancia de CIMON, que además de ayudar a pensar a los astronautas, hasta puede identificar la aparición de estrés en sus colegas humanos y actuar para mitigarlo.
En próximas ediciones, los creadores de CIMON piensan implantarle una especie de brazo para que pueda manipular objetos. Y también será capaz de idear acciones para contrarrestar la posible aparición de problemas psicológicos en sus compañeros humanos.