DuckDuckGo, Swisscowss o SearX son algunas de las aplicaciones que aseguran no recopilar ninguna información sobre los internautas ni su historial de búsquedas.
Cada vez que un usuario hace una búsqueda en Google queda registrado. La compañía de Mountain View sabe si un internauta busca información sobre un actor, vuelos para sus próximas vacaciones o tratamientos para cualquier enfermedad. En la actualidad, navegar en Internet sin dejar ningún tipo de rastro es prácticamente imposible con los buscadores tradicionales. Por ello, cada vez más usuarios optan por utilizar alternativas que persiguen garantizar la privacidad como Swisscows, SearX o DuckDuckGo.
Las búsquedas en este último buscador no paran de crecer, aunque aún están muy lejos de las cifras de Google. En febrero superó por primera vez los 1.000 millones de búsquedas mensuales, según el portal especializado en tecnología Genbeta. "No guardamos tu información personal y nunca lo haremos", explica DuckDuckGo en su página web.
Este buscador, creado por el empresario Gabriel Weinberg en 2008, asegura no realizar un seguimiento de las búsquedas de sus usuarios y no vender sus historiales de navegación a los anunciantes. Y ya ha captado la atención de miles de usuarios. Entre ellos, el fundador de Twitter, Jack Dorsey, tal y como ha tuiteado en la red social.
Al igual que DuckDuckGo, Swisscows, SearX o Startpage aseguran no almacenar datos personales de ningún tipo. Rubén Maldonado Blanes, miembro del grupo de seguridad informática y para la defensa del Consejo General de Colegios Profesionales de Ingeniería Informática (CCII), destaca que la principal ventaja de este tipo de buscadores es “su confidencialidad”. “En Google siempre estamos aceptando sus términos y condiciones y regalando nuestros datos personales. Sin embargo, en aplicaciones como DuckDuckGo para poder usar el buscador no tendríamos que aceptar términos”, asegura Blanes, que es además director general y perito judicial informático en TecnoPeritaciones.
Google reconoce en su web guardar información de cada usuario para mejorar sus servicios. Recopila tanto las búsquedas que el internauta hace como los vídeos que ve, los anuncios en los que hace clic o las páginas web que visita. También información personal de quien accede al navegador a través de su cuenta. Por ejemplo, el nombre, la fecha de nacimiento, el sexo o los correos electrónicos que escribe o recibe.
Esta es su principal diferencia con SearX, un metabuscador de código abierto que permite al usuario definir el idioma y la geolocalización de las búsquedas. Este buscador, tal y como explica en su página web, está destinado a aquellos usuarios a los que les preocupe la privacidad y crean “en la libertad digital”. Asegura que no le preocupa lo que busca cada internauta: “Puede que SearX no le ofrezca resultados tan personalizados como Google, pero no genera un perfil sobre usted”.
En la misma línea se posiciona Startpage, que presume de ser “la herramienta de búsqueda más privada del mundo” y devolver al usuario el control de sus datos: “De pequeños a todos nos enseñaron a respetar y a no tocar aquellas pertenencias que no fuesen nuestras y todos lo asumimos como una buena pauta a seguir, algo razonable y totalmente lógico. Entonces, ¿por qué hay compañías online que se están encargando de recolectar nuestros datos personales sin nuestro permiso?”.
Resultados menos personalizados
A diferencia de Google, este tipo de buscadores ofrecen los mismos resultados a todos sus usuarios sin tener en cuenta las webs que visita o su actividad en redes sociales. Esto, según Blanes, tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Por un lado, Google conoce bien al usuario, sabe cuáles son sus intereses y le muestra sugerencias que pueden facilitar sus búsquedas. Por eso, los resultados hallados en el buscador del gigante de Mountain View pueden ser más acertados. No obstante, al utilizarlo el usuario dice adiós a parte de su privacidad. Buscadores como SearX o DuckDuckGo, según el informático, no guardan "tus datos ni tus gustos".
Pero, ¿qué garantías tienen los usuarios de que las búsquedas que realicen serán totalmente anónimas? “Es muy difícil indicar que el anonimato al 100% se esté dando, pero sí podemos afirmar que en un alto porcentaje se cumple en aspectos como la no geolocalización, rastreo de cookies o historial de búsquedas”.
Realizar una búsqueda en este tipo de buscadores es muy similar a hacerlo en Google. En la mayoría de los casos, es posible hacerlo desde su propia web, instalando una extensión en el navegador o descargando la aplicación de la App Store para dispositivos con el sistema operativo iOS o de la Play Store para Android.
Estos buscadores suelen tener su propio rastreador para encontrar diferentes resultados y también utilizan los principales motores de búsqueda que hay en Internet —por ejemplo, buscadores como Bing o Yahoo o plataformas como Wikipedia—. No obstante, Blanes subraya una diferencia en la calidad de los resultados: “Nunca vamos a tener el grado de afinidad que se consigue con Google, ya que por ejemplo el motor de DuckDuckGo es más genérico y no sabe distinguir igual de bien del contenido de alta calidad del contenido más irrelevante”.
Aun así, permiten al usuario establecer una serie de filtros o preferencias para hallar mejores resultados. En el caso de Swisscows, que tiene su centro de datos en Suiza y asegura no trabajar con la nube de terceros, el usuario puede seleccionar el idioma o el país de búsqueda y el tipo de contenido que le interesa —web, imagen, vídeo o música—. Además, tiene su propio traductor, ofrece sugerencias basadas en el campo semántico de la búsqueda y cuenta con una herramienta llamada Digest, que con solo introducir un enlace de una página web con texto permite al usuario obtener un resumen de la misma.
De la misma forma, SearX cuenta con ajustes avanzados que permiten escoger el idioma de búsqueda, el periodo de publicación que le interesa al usuario o si desea encontrar mapas, música, noticias, ciencia o vídeos, entre otras categorías. También permite filtrar por idioma y fecha Startpage. El usuario puede además buscar por tipo de archivo o por país de publicación. Mientras tanto, DuckDuckGo cuenta con un sistema de comandos que facilita realizar búsquedas en servicios de terceros como Wikipedia o Amazon. Por ejemplo, el usuario puede escribir “!twitter” para buscar directamente en la red social o “!a” para encontrar algún producto en Amazon.
Mientras que este último buscador no almacena la dirección IP de sus usuarios ni información relacionada con ellos, sí que guarda las búsquedas que se hacen en él. Aunque asegura hacerlo sin identificadores que le permitan saber quién está detrás de ellas. Su objetivo, asegura, es mejorar los resultados que muestra cuando un usuario escribe de forma incorrecta algunos términos de búsqueda concretos. Como no recopila ni comparte datos sobre las personas que lo utilizan, la publicidad que muestra a los usuarios no es personalizada. El buscador se financia mediante anuncios que se basan exclusivamente en las palabras buscadas, siempre según la compañía.
En busca del anonimato
La mayoría de usuarios que utilizan este tipo de buscadores “buscan el anonimato o sentirse más protegidos”, según Blanes. Él mismo los utiliza para búsquedas concretas que siente que debe borrar. Por ejemplo, de compras o citas médicas. A la hora de solicitar cita previa para una consulta mediante el servicio online del sistema nacional de salud, utiliza DuckDuckGo para evitar que cualquier dato (nombre, día de la cita, objeto de la cita...) quede guardado en la navegación de Internet.
De la misma forma, sostiene que estos motores de búsqueda pueden resultar útiles a la hora de buscar vuelos, hoteles u otros productos para conseguir los mejores precios: “Estos buscadores no tienen ningún conocimiento de la actividad previa del usuario que pueda condicionar los resultados que se le muestran”.