El fundador de la red social asegura que en las zonas más afectadas sus herramientas se están usando más que en la noche de Año Nuevo.
Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, insistió este miércoles en que en una situación de “riesgo inminente de peligro,” el derecho inapelable de la libertad de expresión no existe. Hoy estamos en un caso así. En una llamada con periodistas de todo el mundo, Zuckerberg asumió con un tono especialmente solemne y solo, sin ninguno de sus ejecutivos, la explicación de las novedades y medidas que Facebook afronta para ayudar a combatir la pandemia. El fundador de la red admitió que, como la mayoría de sus empleados, trabaja desde su casa en Palo Alto (California).
El objetivo número uno del fundador de la red social es la lucha contra la desinformación. Facebook va a encabezar desde este jueves las cuentas de todos sus usuarios en España, Italia, Francia, Alemania, Estados Unidos y Reino Unido con un “centro de información sobre el coronavirus”. En los próximos días irá apareciendo en el resto de países y lenguas. En ese “centro” habrá enlaces de la Organización Mundial de la Salud, medidas básicas y anuncios de los gobiernos de cada país.
Zuckerberg destacó que los mensajes que se escriben en la red social sobre un riesgo letal como el coronavirus son más sencillos de moderar. Que son más "de blanco y negro” y de “una clase completamente diferente de contenido que unas acusaciones de tira y afloja que un candidato hace en unas elecciones”. “Como decir que beber lejía te va a curar es algo terrible”, ha puesto como ejemplo. Las mentiras en política, según el fundador de Facebook, implican un riesgo menor y menos urgente para la sociedad que una pandemia.
“Nuestra gran prioridad es asegurar que la gente accede a información autorizada y buena de fuentes de confianza”, ha dicho. “Estamos centrados en asegurar que la desinformación no se difunde. Hemos unido esfuerzos con organizaciones como la OMS para identificar una lista de mensajes que clasifican como desinformación dañina y los hemos eliminado”, ha añadido.
Esta severidad, firmeza y confianza en fuentes autorizadas de Zuckerberg contrasta con la calma y desgana con la que ha asumido la lucha contra otro tipo de noticias falsas en sus redes. El fundador de Facebook da la impresión de que o se toma muy en serio esta amenaza para el mundo, o quiere aprovechar su paso para mejorar la imagen de su marca. Esto tiene un problema lógico: es la prueba de que si le interesa eliminar la desinformación, puede. Esta vez, aprovechando una frase del mismo Zuckerberg, Facebook sí quiere “hacer de árbitro”.
Facebook tiene un problema extra: el cifrado de WhatsApp. En su app de mensajería, Facebook no ve en principio los mensajes que se comparten. Allí debe confiar en fact-checkers externos y en que la gente sea más cauta cuando vea un mensaje “reenviado”. No está claro que sea así y, en todo caso, es casi imposible de comprobar.
Como en Año Nuevo
El segundo gran objetivo de Facebook es mantenerse en pie. Zuckerberg ha dicho que la presión por el aumento de tráfico en su infraestructura en las zonas más afectadas por el coronavirus supera ya el día de Año Nuevo. El fundador de Facebook no ha dejado claro si se refería a Facebook, WhatsApp e Instagram unidas o a alguna en especial. Esto sin contar que la pandemia puede aún afectar plenamente a más países y mandarlos a cuarentenas.
Zuckerberg ha reñido a su equipo en otras ocasiones por caídas graves durante horas de sus servicios en 2019. La presión que debe estar soportando ahora es una prueba. Junto a personal de seguridad, el único grupo de empleados que sigue acudiendo a trabajar son los encargados de los servidores que no pueden trabajar en remoto.
También se ha referido a las recientes informaciones sobre una hipotética colaboración para rastrear y localizar casos de coronavirus entre el gobierno de Estados Unidos y las grandes tecnológicas. “Es muy exagerado”, ha dicho y ha añadido que no había nada en concreto.
El fundador de Facebook ha mandado un mensaje específico a Italia, ha destacado el sufrimiento en estos momentos del país y el papel que puede estar jugando la red con sus retransmisiones en directo de la misa del Papa o de intervenciones de doctores en momentos críticos.
Una buena parte de los empleados subcontratados por la red social que se dedican a moderar contenidos también están desde este semana en su casa. Facebook va a confiar más en la inteligencia artificial para limpiar los casos más flagrantes o violentos. Algunos de los temas más delicados, como pedofilia o suicidios, serán asumidos por empleados. Una periodista ha preguntado a Zuckerberg si tiene una fecha para dejar de pagar sueldos a estos moderadores: “No veo ninguna”, ha respondido.