Santa Rosa de Lima es la patrona de la localidad de Purmamarca, cada 30 de agosto los vecinos la honran con misa y procesión por las calles del pueblo, pero en estos días los creyentes aseguran que su imagen apareció en el Cerro de Siete Colores y con mucha fe compartieron las fotos entre las familias, las redes sociales y también le prendieron velas en el lugar.

Las fotografías donde algunos vecinos pueden apreciar la imagen de Santa Rosa de Lima circularon con mayor fuerza en la noche del lunes 8 de junio, pero quienes la vieron por primera vez aseguran que fue aproximadamente el 17 de mayo.

Benjamín Cruz, de 14 años, y su madre fueron unos de los primeros que contaron haber apreciado la imagen de la santa patrona en el Cerro de Siete Colores, específicamente cerca de la cancha del club, ubicada en el camino hacia el Paseo de Los Colorados. Él regresaba de Coquena, un paraje cercano, donde va a dar de comer a los animales en la quinta de su abuela y ante el comentario de su madre se detuvo a ver la imagen en el cerro.

Se quedó observando y luego le tomó una foto. Hace unos días volvía también de la quinta, pero esta vez acompañado de Daniel López, un vecino y agricultor del pueblo. Benjamín decidió mostrarle lo que había visto. Desde allí lo comentaron con los vecinos del pueblo.
Quienes sostienen con mucha fe que de noche se puede ver claramente el fino rostro de Santa Rosa reflejado ante la luz del camino, portando su manto negro y el rosario de madera que cuelga de su cuello, similar a la imagen que se encuentra en la capilla del pueblo.

A través de las fotos que se compartieron en las redes sociales distintos vecinos coincidieron en ver reflejada la imagen de Santa Rosa y muchos concurrieron al lugar de noche para poder observarla.
Durante el día, la imagen es imperceptible, lo que sí se puede apreciar es una parte cavada del cerro que deja entrever los colores de la tierra blanca y rosada, rodeada con algunas piedras que recubren la cavidad, que durante la noche reflejan unas sombras que dan la visión de un manto negro.
Lo cierto es que para algunos se trata de un milagro, una luz de esperanza y una expresión de fe en estos tiempos difíciles de pandemia y es por ello que desde ayer por la mañana se pudo observar que en el lugar se prendieron velas, algunas se derritieron, una quedó casi a la mitad, apagada quizás por el viento.


El Tribuno