El tirador es de Illinois y viajó a Kenosha a defender a la policía en las protestas por Jacob Blake. Atención: las imágenes pueden herir la sensibilidad del lector.
Camina por las calles de Kenosha, en Wisconsin, en medio de los manifestantes. Es otra noche de furia, la tercera, por los siete tiros que el domingo recibió por la espalda Jacob Blake, un hombre negro víctima de un policía blanco. Kyle Rittenhouse tiene 17 años, y avanza con su rifle. Tiene el rostro descolado. Va solo a la vista de todos. La gente lo ve. Lo persigue. Lo acorrala. Cae al piso. Y pasa lo peor. El adolescente dispara.
Toda la escena quedó grabada por un celular. El chico, furioso, derribado por los manifestantes que intentan detenerlo. El adolescente que empieza a disparar enloquecidamente, primero, y deliberadamente después. Mata a dos. Hiere a otro.
"Todos veníamos cantando 'Las vidas de los negros importan' en la estación de servicio y luego escuchamos, boom, boom, y le dije a mi amigo: 'Eso no son fuegos artificiales", contó uno de los manifestantes, Devin Scott, de 19 años.
"Y después este tipo con esta enorme arma pasa corriendo al lado nuestro en medio de la calle y la gente grita: '¡Le disparó a alguien! ¡Le disparó a alguien!' Y todos están tratando de pelear contra el tipo, persiguiéndolo, y luego comenzó a disparar otra vez", continuó.
Curiosamente cuando llegó la policía, el chico blanco no fue detenido a pesar de los gritos de las personas que pedían que lo arresten. Los blindados de la policía pasan a su lado como si nada, buscando otra cosa. Solo un patrullero lo encara. El chico camina hacia el auto policial con las manos en alto, pero el rifle aún colgando. El muchacho fue arrestado al día siguiente, cuando ya había regresado a Illinois.
Kyle Rittenhouse es un admirador de la policía. Un chico blanco arrestado el miércoles después de matar a dos personas durante una tercera noche consecutiva de protestas en Kenosha por el tiroteo policial Jacob Blake.
Rittenhouse es de Antioch, Illinois, a unos 24,14 kilómetros de Kenosha, fue detenido bajo sospecha de homicidio intencional en primer grado en el ataque, capturado en gran parte en un video de teléfono celular.
"Acabo de matar a alguien", se oyó decir en un momento al chico, que llevaba un rifle semiautomático.
A raíz de estos asesinatos, el gobernador de Wisconsin, Tony Evers, autorizó el despliegue de 500 miembros de la Guardia Nacional en Kenosha, duplicando el número de tropas en la ciudad de 100.000 a medio camino entre Milwaukee y Chicago.
La oficina del gobernador dijo que está trabajando con otros estados para incorporar más miembros de la Guardia Nacional y agentes de la ley. Las autoridades también anunciaron que se mantiene el toque de queda, aunque los manifestantes lo ignoraron nuevamente el miércoles a la noche.
Los manifestantes marcharon en la noche del miércoles más allá de la intersección donde dos personas fueron baleadas por el adolescente. Se reunieron, rezaron y dejaron flores. Daijon Spann dijo que decidió unirse a la manifestación porque uno de los asesinados la noche anterior era su amigo.
"No soporté más", dijo. "No podía quedarme sentado y ver morir a mi amigo", explicó.
Los muertos fueron identificados solo como un residente de Silver Lake, Wisconsin, de 26 años y un residente de Kenosha de 36 años. Uno recibió un tiro en la cabeza. Y otro en el pecho. Se esperaba que la persona herida, de 36 años de West Allis, Wisconsin, sobreviviera, dijo la policía.
Jacob Blake sobrevivió a los siete tiros. Pero sus abogados informaron que quedó paralizado.
Fue baleado por un policía blanco el domingo, cuando los oficiales llegaron a una casa de Kenosha, por una denuncia de problemas domésticos.
Blake había acudido a esa casa a supuestamente resolver una disputa entre dos mujeres. Cuando llegó la policía, se negó a declarar. Y se disponía a subirse al auto e irse del lugar, con sus tres hijos adentro, cuando un policía le pegó los siete tiros. Blake iba desarmado.
El policía que tiró es Rusten Sheskey, un oficial con siete años de antigüedad en la fuerza de Kenosha, quien dijo haber intentado darle una descarga de electricidad primero con una pistola taser.
Sheskey fue suspendido durante la investigación, pero aún no fue acusado de ningún cargo penal.