Después de una costosa sustitución del cableado del pueblo, sus habitantes descubrieron que el motivo por el que no tenían Internet desde las 7 de la mañana era la antigua tele de un vecino
Todos los días, a las 7 de la mañana, como un reloj, como si se tratara de una sofisticada estrategia ludita, el pueblo de Aberhosan, en el condado de Powys en Gales, se quedaba sin Internet, hechos descubiertos tras una larga investigación.
Según informa la BBC, el culpable de semejante molestia, que le costó al pueblo el reemplazo del cableado de Internet así como meses de problemas entre sus habitantes, era un antiguo televisor de uno de sus vecinos, quien ha evitado ser identificado por los medios por pura vergüenza.
El vecino, cuando se levantaba a las 7 de la mañana, encendía un televisor de segunda mano para informarse de las novedades del día, pero lo que él no sabía es que su anticuado aparato emitía una potente señal eléctrica que interfería con toda la banda ancha de la villa y que hacía muy difícil que esta pudiera funcionar.
Para encontrar el origen de este problema tan original y único, los técnicos de la compañía eléctrica tuvieron que emplear unos equipos para analizar el espectro radioeléctrico del pueblo e identificar el origen de esta señal eléctrica. En concreto, lo que el televisor emitía era un ruido de impulso único a alto nivel (SHINE, por sus siglas en inglés), que habitualmente se asocia a este tipo de problemas con las redes eléctricas.
Cualquier aparato electrónico puede causar interferencias eléctrica en mayor o menor medida, desde un microondas hasta una lámpara, motivo por el cual siempre se recomiendo tener el router de la conexión a Internet en los hogares relativamente lejos de otros aparatos electrónicos de gran tamaño, como televisores u ordenadores.
Lo que sorprende de este caso es que un sólo televisor anticuado pudiera emitir tal descarga de ruido eléctrico como para inutilizar toda la red de Internet de un pueblo, por pequeño que este sea.
Tras descubrirse que era el culpable del problema, el vecino ha prometido no volver a encenderla nunca más. Y desde entonces, el pueblo ha gozado de Internet sin interrupciones.