Tenía 22 años recién cumplidos y una relativa experiencia en el plano internacional), pero su gloriosa noche de hace 40 años cobró singular relevancia por haber subido al ring sin ser el favorito y en un contexto geopolítico de marcada complejidad. Ganó por KO en el séptimo round.
Aquel mítico combate se llevó a cabo en una cancha de fútbol en Soweto, ubicado en las afueras de Johannesburgo, que por aquel entonces contaba con un toque de queda a las seis de la tarde para que los afroamericanos dejasen la gran ciudad y volviesen a su hogar, con estrictas y duras penas para aquellos que no las cumplan.
Laciar ganó su segundo título mundial mosca el 1 de mayo de 1982 en la península de Yucatán a expensas del mexicano Juanito Herrera y el título supermosca el 16 de mayo de 1987 en Reims, Francia, en un pleito con el también azteca Gilberto Román.
Tras 14 años en condición de boxeador profesional colgó los guantes con un notable récord de 100 peleas, de las que ganó 79 (de ellas 31 antes del límite), empató 11 y perdió 10: jamás fue noqueado y sólo una vez fue derribado, por el también cordobés Adrián Román.