“Arrancamos con las actividades en la nueva modalidad. Tuvimos que adaptar los horarios y ver la disponibilidad de los jugadores para que nadie se quede sin entrenar. Por suerte pudimos” expresó la entrenadora.
Sobre la manera de trabajar en los nueve días de confinamiento estricto, explicó: “Enviamos rutinas para que hagan individualmente, pero no a través de Zoom. No sabíamos que iba a pasar, por eso no queríamos agotar todos los recursos”.
Y agregó: “Lo que más pérdida genera es la falta de competencia, con respecto al proceso que uno busca y los objetivos. Perder una semana no modifica tanto en ese sentido, pero todo este contexto nos da mucha incertidumbre y esa es la mayor dificultad”.
“Uno tiene que buscar las herramientas para mantener motivado al grupo, dejando en claro que tenemos la posibilidad de entrenar y debemos aprovecharla” finalizó Molayoli.