Ojo de cerradura
Edición del 22 / 11 / 2024
                   
06/11/2021 12:09 hs

"Se necesita que cada político deje sus mezquindades y camine al lado de la gente”

Río Cuarto - 06/11/2021 12:09 hs
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David Tonello planteó que Argentina es un país que ha perdido importantes mercados y negocios que han aprovechado otros países. 

 

Tonello
David Tonello, Presidente de la Rural de Río Cuarto se mostró emocionado por el reencuentro con el público luego de la pandemia.

El responsable de la institución se mostró orgulloso del acompañamiento de empresas e instituciones, y el apoyo de la gente en un contexto difícil del país.

“Estamos felices de tener esta exposición dentro del interior del corazón productivo, donde hay una estrecha relación entre el campo y la ciudad”.

Tonello planteó que cuando al campo le va bien se genera un círculo virtuoso que genera beneficios económicos a todos los sectores, “cuando le meten la mano en el bolsillo al campo, se lo meten a toda la gente”. 

El Presidente de la Exposición de la Rural planteó que el equivalente de las retenciones al campo generarían en esta zona más de 15 mil puestos de trabajo, por lo que consideran que este planteo va más allá de lo sectorial y se quiere saber cuál es el destino de las retenciones del interior productivo frente a los mayores índices de indigencia y desempleo.

“Argentina es el país de las oportunidades perdidas, cada vez nos impusieron más trabas, Argentina perdió mercados y negocios que otros países han aprovechado, como Uruguay”.

Tonello agregó que el gobierno de Alberto Fernández tiene un sesgo anticampo, “las restricciones a exportaciones de carne, maíz y trigo asemejan a tirarse un tiro en los pies”.

El Presidente de la Exposición consideró que el mayor flagelo es la inflación que el mismo gobierno fomenta.

“Es indispensable que se construya un diálogo nacional y haya consensos, se necesitan grandes gestos y que cada político deje sus mezquindades y camine al lado de la gente”.

Discurso completo:

"Hoy nos invade la emoción y el orgullo.
La emoción por este esperado reencuentro con el público en la tradicional Exposición Rural de Río Cuarto, luego de un largo tiempo debido a los distanciamientos obligatorios que impuso la pandemia.
Y el orgullo por el acompañamiento de numerosas empresas, industrias y comercios que poblaron nuestro predio, y de la sociedad en general, que hacen posible esta muestra, a pesar de la difícil situación económica que se vive.

Hoy estamos felices de volver a reunir a la familia en este paseo, que no sólo comprende la actividad vinculada con el sector agropecuario sino también distintos espectáculos y atracciones para todos los gustos.

Y estamos felices de tener esta exposición, que es una de las más importantes del país, ubicada en el corazón del interior productivo. Ahí donde no existe esa grieta que algunos quieren imponer entre “campo” o “ciudad”, sino que hay una estrecha vinculación urbano-rural.

En los pueblos del interior generalmente el crecimiento y el progreso van de la mano con la producción agropecuaria.
Cuando al campo le va bien se genera un círculo virtuoso que rápidamente derrama en la ciudad, porque el hombre de campo no se lleva la plata a un paraíso fiscal sino que reinvierte en su lugar de origen generando un movimiento económico que beneficia a distintos sectores.

Por eso también hay que advertir que cuando al campo le meten la mano en el bolsillo, se están metiendo con el bolsillo de cada ciudadano.

En nuestra región la asfixia impositiva es más notoria: a nivel país la presión tributaria es del 30,5 por ciento pero para la agricultura del departamento Río Cuarto alcanza al 43,7%, según un informe elaborado por la Comisión de Enlace de Entidades Agropecuarias – Regional Córdoba.

Las retenciones que aplica el Estado nacional a los distintos cultivos es dinero que se va y nunca vuelve porque no es un impuesto coparticipable. Entonces no es sólo un daño al productor sino a todos.

Por ejemplo, el monto que deja de recibir el departamento Río Cuarto por las retenciones es equivalente a 4,5 veces el presupuesto de la ciudad.

Si ese aporte anual quedara en el departamento se podrían instalar:
• 1 planta de bioetanol de 100.000 m3
• 4 plantas eléctricas de biogás de 2 MWh
• 2 molinos harineros de 450 tn/día
• 12 granjas de cerdos de 1000 madres cada una
• 1 frigorífico de cerdos equivalente a la producción de 12.000 madres
• 1 frigorífico de exportación de bovinos de 100.000 cabezas al año.
La operación y mantenimiento de todas estas plantas podrían generar 4.384 empleos directos y 11.310 indirectos; es decir, más de 15 mil puestos de trabajo, según ese informe de la Mesa de Enlace.

Por eso, cuando el campo eleva la voz de protesta por los atropellos y la asfixia impositiva, no está representando sólo un planteo sectorial, sino defendiendo los derechos de toda una comunidad, porque estas políticas distorsivas desvanecen los sueños y dinamitan el progreso de los pueblos.

Queremos saber cuál es el destino de todo ese dinero que se lleva el Estado nacional del interior productivo. Porque la recaudación por esa presión tributaria es cada vez mayor, y sin embargo cada día crecen más los indicadores de pobreza, indigencia y desocupación…

Todos los años desde esta tribuna se renuevan los reclamos. Y las quejas son las mismas desde hace varias décadas sin lograr que las autoridades resuelvan temas básicos y fundamentales para el funcionamiento de la economía como el control de la inflación, la disminución del gasto público y el déficit fiscal, una política monetaria responsable, un plan de largo plazo con reglas claras que favorezca las inversiones y un alivio impositivo para los sectores productivos que posibilite la generación de trabajo.

Parece que la Argentina es el país de las oportunidades perdidas. Nadie supo aprovechar cuando había “viento de cola” por los precios internacionales, porque en vez de fomentar un shock productivo y exportador cada vez se impusieron más trabas.

Así, por falta de credibilidad y confianza internacional, Argentina pierde mercados y negocios que aprovechan otros competidores directos.

Uno de los casos más emblemáticos es Uruguay, que en los últimos 20 años cuadriplicó sus exportaciones. Y en gran medida lo hizo con el aporte de empresarios argentinos, capitales argentinos, y conocimiento y tecnología de nuestro país.

La pregunta es ¿Por qué lo hicieron en Uruguay y no en Argentina?
Básicamente porque Uruguay tiene baja inflación, hay abundante crédito a tasas accesibles, y fundamentalmente porque existe un inalterable compromiso de toda la dirigencia –del signo político que fuese- de garantizar previsibilidad y favorecer la producción agropecuaria.

Eso es lo que también necesitamos en Argentina. Pero el gobierno de Alberto Fernández va en el sentido contrario, con posiciones cada vez más radicalizadas, con tinte ideológico y sesgo anti-campo que destruye la confianza y desalienta las inversiones.

En un país donde es vital el ingreso de divisas, las restricciones a las exportaciones de carne, maíz y trigo se asemejan a pegarse un tiro en los pies.

La economía necesita urgente un cambio de rumbo, porque se siguen repitiendo los mismos errores con la ilusión de lograr resultados distintos. Algo imposible.

Se debe reconocer que el mayor flagelo de nuestra economía es la inflación, que el mismo gobierno potencia con una descontrolada emisión monetaria, un excesivo gasto público y un alto componente impositivo que incide en el precio de cada producto alimenticio.

La inflación no es un problema que se soluciona con congelamiento de precios. Todas las experiencias de controles que hubo en el país sólo condujeron a agravar la situación en el futuro.
No hay que repetir los mismos errores. Hay que tener como espejo los países que salieron exitosamente de los procesos inflacionarios…


Dentro de una semana volveremos a las urnas para elegir nuestros representantes en el Congreso de la Nación. Sin dudas, una elección bisagra, aunque el 14 de noviembre no empieza ni termina nada si no hay voluntad de un cambio de rumbo, económico y político.

No se puede vivir del corto plazo. Más allá del resultado electoral, es indispensable que se construya un gran diálogo nacional y se busquen consensos en condiciones mínimas para afrontar la crisis, con programas de mediano y largo plazo, y garantizar la institucionalidad.

Argentina está frágil, debilitada, y tiene que cerrar esas grietas que hieren a toda la sociedad.
Se necesitan grandes gestos, que cada político se despoje de las mezquindades y empiece a caminar al lado de la gente"
.


Informe16

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