La cocinera, junto a su pareja Germán Carrizo, recibieron la primera estrella por su restaurante Fierro en Valencia. Instantáneas de una mujer que cocina desde la pasión por comer.
Hablemos de cocina, hablemos de fuegos, del crujir de verduras al ser rebanadas por filosos cuchillos, hablemos de carnes en su punto exacto, de aromas que te llevan a la mesa familiar, escuchemos el murmullo de los cuerpos expresándose ante el placer de comer…
Hablemos con Carolina Lourenço, riocuartense, cocinera, la primera argentina en ganar una estrella Michelin por su restaurante Fierro y hablemos desde la emoción que atraviesa a la cocina.
Carolina Lourenço dialogó con Lv16.com y manifestó sentirse contenta y orgullosa por poder darle una alegría a Río Cuarto con este galardón mundial.
Carolina ya había recibido una estrella Michelin por el restaurante “Poblet” en el que trabajó junto a su esposo, sin embargo este nuevo reconocimiento es a su propio restaurante Fierro.
En una charla vía zoom desde Valencia, Carolina se acomoda en un espacio íntimo, pues Fierro está colmado de personas que celebran el galardón.
Carito, como la llaman sus conocidos, nos explica que el llegar a esta estrella Michelin es la traducción de cuidar el producto que se ofrece, “se trata de mimar y cuidar la materia prima y a partir de ahí uno tiene muchos recuerdos de las cocinas de nuestras casas. Uno siempre ha vivido en torno a una mesa, con celebraciones, comilonas y eso uno lo lleva adentro, es tu manera de vivir”.
Esta prestigiosa cocinera, cuya sencillez se trasluce en cada una de sus respuestas, ahonda en las exigencias de llevar a un nivel más alto a su restaurante.
“En la alta cocina juega un papel fundamental la técnica, los productos seleccionados, pero los sabores son importantes, y hacen que un plato se disfrute, sea rico, y eso es el origen, es lo que has mamado, y es nuestra parte fundamental”.
Cuando le consulto acerca de cuáles son las características que hacen a Fierro único, Carolina explica que lo pensaron para dar de comer si fuera su propia casa, “que fuera una extensión de una invitación de amigos a nuestro hogar, brindado lo mejor de nosotros con lo que tenemos, con hospitalidad y es lo que hemos vivido y cómo nos han criado”.
Fierro es un restaurante pequeño, “La cocina y sala están juntas y la idea es cocinar, compartir, servir, ver las caras de satisfacción de los clientes, ver el asombro cuando les contás qué comieron”.
La particularidad de Fierro es que los comensales descubren sus platos, “dejamos que la gente tenga la posibilidad de probar cosas que si saben lo que son, quizás puedan otorgarle un concepto equivocado y luego cuando les contás se asombran” y agregó que en Fierro se cocina mucho con los productos locales, “pero le damos un enfoque diferente y ahí es donde está la sorpresa”.
A quienes nos gusta comer y experimentar en nuevos lugares se observa que hay una reconceptualización de ciertos alimentos desde la nueva cocina para provocar nuevas experiencias
Carolina explica que “hay alimentos que están muy sobrevalorados y otros infravalorados y nos gusta hacer ese juego desde la manera de trabajarlo y sorprender a la gente”.
Por ello para volcar el alma en cada plato, Carolina cuenta que, junto a Germán Carrizo, su esposo y compañero de cocina en Fierro, viajan en busca de sabores diferentes, pues “prima la pasión por comer, por conocer nuevos ingredientes y eso es fundamental para tener un registro y luego poder pensar en platos que los tengamos en la memoria gustativa”.
Luego llega el proceso de seleccionar los productos por temporada y “en base al ingrediente que utilizamos se abre todo un mundo, pues cada parte del equipo brinda su visión personal y eso luego se plasma en un plato”.
Carolina tiene a flor de piel la experiencia de recibir su primera estrella Michelin por su restaurante, expresa que fue un momento “muy bonito, único, teníamos muchos nervios, alegría, fruto de mucho trabajo y perseverancia, hay mucha satisfacción”.
Carito dice que recién está asimilando que es la primera mujer argentina en recibir este premio y no se olvida de mencionar a sus colegas cordobeses, quienes también triunfan en el mundo de la gastronomía como Paulo Airaudo, quien obtuvo su segunda estrella por Amelia.
“Uno está lejos, pero sigue tratando de dar un pasito más adelante” manifiesta, por eso no duda en expresar con convicción que piensa seguir trabajando para conquistar una nueva estrella del cosmos Michelin.