Nicolás Florio recuerda  que todavía sobrevolada en el ánimo de los argentinos la guerra perdida y se creía o sentía que la guerra militar había tenido el fin noble de la reinvindicación del archipiélago, sin saber que era burda maniobra tendiente para oxigenar políticamente un proceso militar que había hecho desaparecer a 9 mil personas. También rescata que en las horas posteriores a la capitulación Argentina en junio de 1982 se vieron horas de valoración de los héroes de la Fuerza Aérea cuyos oficiales habían actuado sobre la marina inglesa con gran preparación, lo que fue destacado por las revistas del mundo.
 
La mezquindad humana y la competencia del accionar de las tres fuerzas armadas en la guerra llevó al Comandante de la Fuerza Aérea Brigadier Emilio Lamidoso a hacer una conferencia de prensa para valorar la actuación de sus oficiales, la que hubiera sido atinada si la guerra se hubiera ganado.
 
La Fuerza se preocupó porque periodistas de todo el país estuvieran en la misma. Radio Río Cuarto estuvo presente en el microcine del Edificio Cóndor, asiento de la Fuerza Aérea. Lamidoso hizo un repaso prolijo de todas las acciones de sus oficiales con sus aviones, la verdad es que con la información que teníamos la acción de sus pilotos había sido importante pues habían frenado la acción de la marina inglesa hundiendo varias corvetas.
 
Nicolás Florio, presente en aquella conferencia  y con la conciencia de que los argentinos habíamos sido objeto de una acción psicológica para sostener el ánimo por la guerra, le cuestionó al Brigadier, “por qué nos hicieron creer una cosa que no ocurría de que avanzamos en rechazo del enemigo”, no tan seguro de sí mismo Lamidoso respondió que los pilotos habían cumplido con su deber y admitió que hicieron acción psicológica para mantener la moral del pueblo, engañando al sentimiento de patriotismo de los argentinos.