Claudio Mendía, periodista reconocido de Informe16 nos describe la historia profesional de Nicolás Ángel Florio. Leé la interesante nota!
“Raspar el fondo de la olla”, sencilla y didáctica definición para los aprendices en el oficio de la búsqueda de la noticia. La rigurosidad en el chequeo era el ABC. Nació el 30 de julio de 1944, tenía 77 años y desde hace aproximadamente un mes sufrió complicaciones en su salud, con el Covid primero, neumonía después y una sucesión de problemas asociados. Hijo de una familia de quinteros del Cinturón Verde de la ciudad, maestro normal y aspirante a la abogacía, carrera que cursó libre en la Universidad Nacional de Córdoba y dejó inconclusa en tercer año. Con esos conocimientos pudo ser empleado del Poder Judicial durante algunos años. Se inició en el periodismo gráfico en la década del 60 en el desaparecido diario La Calle. En 1969 leyó un aviso en el que solicitaban personas con buena dicción para leer boletines informativos e ingresó en el servicio informativo de LV16 Radio Río Cuarto hasta llegar a la jefatura en 1980. Se jubiló a fines de 2009, después de más de veinte años de dupla laboral con Alberto Rodríguez Etulain, con quien no necesitaba hablar para entenderse. En su currículum también figura su etapa como docente en los primeros años la carrera de Ciencias de la Comunicación en la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de Río Cuarto. También fue integrante de la oficina de prensa de dicha institución. También se sabe que cualquier personalidad de la política nacional o provincial llegaba a Río Cuarto y sabía que había un periodista llamado Nicolás Florio. Era la voz informativa que marcaba agenda en su exitoso ciclo Primera Edición, enriquecido durante mucho tiempo con aportes externos de figuras de la profesión como Roberto Maidana, Sergio Villarruel, Osvaldo Piñero, Carlos Alberto Medina, Juan Carlos Vaca y en distintas épocas el plantel de periodistas de la propia redacción. Se recuerdan entre otros, Aldo Caseros, Alberto Enrique Crettón, Teobaldo Acosta, Hugo Juan Cardinali, Marcelo Schachner, Gerardo Zosso, Daniel García, Sergio Vivas y Claudio Mendía.
La vida de Nicolás fue laboralmente intensa, desde las 5:30 de la mañana hasta no menos de las 23 o más. No fueron rarezas pernoctaciones en la emisora en elecciones emblemáticas, como el retorno democrático, los alzamientos militares en los primeros años del período constitucional, y más atrás en el tiempo, la Guerra de Malvinas, ocurrida hace 40 años. Desde el presidente de facto Alejandro Agustín Lanusse hasta Cristina Fernández de Kirchner, conoció a todos los presidentes argentinos. Su carrera se desarrolló en buena parte durante las recurrentes dictaduras. Hay una anécdota de un custodio que lo pisó y le rompió un zapato en una cobertura. No era fácil.
Su vida familiar tuvo una columna vertebral que le permitió ser Nicolás Ángel Florio, o Florio, sin más detalles, ya se sabía. Esa viga maestra de la torre periodística fue Norma Luján, su esposa, quien falleció años después de su retiro activo del periodismo. Norma fue la madre de sus tres hijos: Nicolás, Sebastián y Pía. Su niña siguió a Nicolás en la profesión, quien se desempeñó en la página lv16.com y actualmente es cronista y presentadora de la señal local de Cablevisión Somos Río Cuarto. En su retiro del periodismo activo, no de la pasión periodística, Nicolás Florio disfrutó de sus cinco nietos.
Para recordar a un periodista de mucho oficio, de mirada aguda e intuición una frase sencilla para aprender a rastrear noticias: “RASPAR EL FONDO DE LA OLLA”. ¡ETERNAMENDE AGRADECIDO MAESTRO!