Las imágenes de los ciudadanos de Mariúpol depositando cadáveres en fosas comunes se han convertido en el testimonio gráfico más escalofriante de la guerra entre Rusia y Ucrania. Envueltos en plásticos o en mantas, los cuerpos se arrojan a una zanja situada a las afueras de la ciudad ante la imposibilidad de otro tipo de enterramiento. La ciudad portuaria situada junto al estratégico mar de Azov, en el óblast de Donetsk, al sureste del país, es -cuando se cumplen dos semanas del inicio de la invasión- el símbolo del horror. Su conquista es clave para las aspiraciones de Rusia de unir la península de Crimea con los territorios rebeldes del Donbass. Los planes de evacuación de civiles han avanzado a cuentagotas, entre acusaciones cruzadas.
Según cifras facilitadas por las autoridades municipales, más de 1.200 personas han muerto en Mariúpol desde que comenzó el asedio ruso, un dato imposible de verificar por ahora. El ataque al hospital materno infantil de la localidad -negado por Moscú- ha provocado enérgicas protestas en la comunidad internacional.
GTRES
Al menos tres personas han fallecido, entre ellas un niño, y otras 17 han resultado heridas como consecuencia del bombardeo sobre el citado hospital, según un balance de víctimas divulgado hoy por las autoridades ucranianas. El Ayuntamiento ha acusado a las fuerzas rusas de destruir de forma deliberada infraestructuras civiles en Mariúpol, según informa la agencia UNIAN. El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, calificó de «atrocidad» el ataque, y ha insistido en pedir una zona de exclusión aérea. El asedio se habría traducido en escasez extrema en la zona, hasta el punto de que Zelenski denunció esta misma semana que un niño había muerto deshidratado.
La organización humanitaria Médicos sin Fronteras ha denunciado en un comunicado el ataque y ha subrayado que lo considera una «violación de las leyes de la guerra en una ciudad en la que el sistema sanitario está al borde del colapso». Trabajadores de MSF desplazados a la zona han indicado que «viviendas y hospitales han sido dañados durante los combates de los últimos días con fuego de mortero, tiroteos y bombardeos aéreos. El acceso a la atención médica se ha vuelto cada vez más difícil, especialmente para las mujeres embarazadas y los ancianos que tienen limitados sus movimientos», ha denunciado la responsable de emergencias de Médicos Sin Fronteras, Kate White.
Foto AP
El ministro de Exteriores ucraniano, Dimitro Kuleba, ha instado a la comunidad internacional a intervenir ante el asedio a la ciudad, donde unas 400.000 personas son rehenes de las tropas rusas. Mariúpol, puerto de relevancia, es además un centro clave de la metalurgia y la construcción de maquinaria.
ABC
Foto tapa: AP /Evgeniy Maloletka