Desde tiempos inmemorables los seres humanos elevamos nuestra mirada al Cielo en busca de "algo" que nos trasciende por completo.
Buscamos respuestas a esas preguntas internas, pedimos, contemplamos y fue así como aquellos primeros hombres comenzaron a realizar las primeras lecturas de la danza de luminarias en esa gran bóveda celeste y su correspondencia con la Tierra que habitamos, la naturaleza y sus ciclos.
Así comenzaron a nacer de a poco estas primeras interpretaciones, gracias a la contemplación y a la conciencia emergente de que somos el punto matemático exacto entre el Cielo y la Tierra.
La Astrología como ciencia milenaria, nos invita a conectarnos con ese Universo interno que nos habita desde siempre. Ya lo dijo Hermes Trimegisto en una de sus Leyes Universales a la que llamó Ley de Correspondencia: "Como es arriba es abajo, como es adentro, es afuera", ésta simple y a la vez profunda evocación nos propone comenzar a mirar la Vida con otros ojos.
Saber que la perfección de los tantos movimientos que ocurren en el Cielo, la posición de cada planeta, estrella, luminaria, su recorrido orbital, sus fases, los diferentes puntos matemáticos respecto al planeta que habitamos, conforman todos una brújula interna maravillosa de la que podemos aprender, comprender y permitirnos ser guiados a recorrer nuestro microcosmos interior.
Se llamaba autoconocimiento aplicado, otros lo llaman "contemplación del Ser". Filosofías más antiguas lo han llamado "el camino del héroe", a mi me gusta llamarlo: Nuestro ADN Estelar. ⭐️