El Sumo Pontífice hizo las sorprendentes declaraciones en un diálogo con directores de revistas culturales europeas de la Compañía de Jesús.
El papa Francisco afirmó que, en su opinión, “se ha declarado la Tercera Guerra Mundial”. Pero algo más sorprendente que eso es que el Sumo Pontífice consideró que la invasión rusa a Ucrania “quizá, de alguna manera, fue provocada o no impedida”, según la transcripción de la conversación que mantuvo hace unos días con los directores de las revistas culturales europeas de la Compañía de Jesús y que este martes publicó La Civilta Cattolica.
“Hace unos años se me ocurrió decir que estábamos viviendo una Tercera Guerra Mundial en pedazos. Ahora, para mí, se ha declarado la Tercera Guerra mundial. Y este es un aspecto que nos debe hacer reflexionar. ¿Qué le está pasando a la humanidad que ha tenido tres guerras mundiales en un siglo?”, dijo Francisco.
Al responder sobre la agresión de Rusia a Ucrania y cómo se puede contribuir a la paz, Francisco afirmó que “hay que alejarse del patrón normal de que Caperucita Roja era buena y el lobo era malo. Está surgiendo algo global, con elementos muy entrelazados”.
Y citó la opinión de un Jefe de Estado que conoció antes del comienzo de la guerra y que le expresó su preocupación “por cómo se estaba moviendo la OTAN”.
“Le pregunté por qué y me respondió: ‘Están ladrando a las puertas de Rusia. Y no entienden que los rusos son imperiales y no permiten que ninguna potencia extranjera se les acerque’ y concluyó diciendo que ‘la situación podría conducir a la guerra. Ese jefe de Estado supo leer las señales de lo que estaba pasando”, relató Francisco.
Para Francisco, existe el peligro de centrarse sólo en “la brutalidad y ferocidad con que se libra esta guerra por parte de las tropas, generalmente mercenarias, utilizadas por los rusos, que prefieren enviar chechenos, sirios y mercenarios” y que “es algo monstruoso”.
Pero, agregó, “no ver también todo el drama que se desarrolla detrás de esta guerra, que quizás de alguna manera fue provocada o no impedida. Y registro un interés en probar y vender armas. Es muy triste, pero básicamente esto es lo que está en juego”.
El pontífice afirmó que algunos creen que con este pensamiento está a favor del presidente ruso, Vladimir Putin. “No, no lo estoy. Es simplista y erróneo decir tal cosa. Pero estoy simplemente en contra de reducir la complejidad a la distinción entre el bien y el mal, sin pensar en las raíces y los intereses, que son muy complejos”, aseveró.
Francisco quiso reiterar su admiración por “el heroísmo del pueblo ucraniano” y opinó que “lo que tenemos ante nuestros ojos es una situación de guerra mundial, de intereses globales, de venta de armas y de apropiación geopolítica, que está martirizando a un pueblo heroico”.
“También es cierto que los rusos pensaron que todo acabaría en una semana. Pero calcularon mal. Se encontraron con un pueblo valiente, un pueblo que lucha por sobrevivir y que tiene una historia de lucha”, dijo en la transcripción de la conversación, publicada por la revista jesuita La Civiltà Cattolica.
El pontífice argentino también recalcó el peligro de que la atención sobre lo que ocurre en Ucrania disminuya con el tiempo y preguntó: ¿Qué pasará cuando el entusiasmo por ayudar disminuya? Porque la cosa se está enfriando, ¿quién se va a hacer cargo de estas mujeres? Hay que mirar más allá de la acción concreta del momento, y ver cómo los vamos a apoyar para que no caigan en el trata, para que no las exploten, porque los buitres ya están dando vueltas”.
Jorge Bergoglio volvió a contar que durante la conversación de 40 minutos que mantuvo con el patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa, Cirilo, éste le leyó “una declaración en la que daba las razones para justificar la guerra” y que el le respondió: “Hermano, no somos clérigos del Estado, somos pastores del pueblo”.
Explicó que se decidió de mutuo acuerdo posponer la reunión que se había previsto el 14 de junio en Jerusalén “para que el diálogo no fuera mal entendido” y anunció que espera reunirse con el patriarca ruso en Kazajistán en septiembre cuando asista al VII Congreso de Líderes de las Religiones Mundiales y Tradicionales, que se celebrará en Nur-Sultán.
En su mensaje para la VI Jornada Mundial de los Pobres, que se celebra el próximo 13 de noviembre, pero que ha adelantado este martes la oficina de prensa del Vaticano, el Pontífice criticó que mientras tanto millones de mujeres, niños y ancianos son obligados a buscar “amparo como refugiados en los países vecinos”. “Los que permanecen en las zonas de conflicto, conviven cada día con el miedo y la falta de alimentos, agua, atención médica y sobre todo de cariño”, lamentó.
A su juicio, en estas situaciones, “la razón se oscurece y quienes sufren las consecuencias son muchas personas comunes, que se suman al ya gran número de indigentes”.
Por otro lado, el Papa lamentó que existen algunos cristianos “apegados al dinero” que acaban “empantanándose” en una mala gestión del patrimonio y los bienes y “encadenados a una visión de la vida efímera y fracasada”.
El Pontífice dejó claro que “el problema no es el dinero en sí”, que forma parte de la “vida cotidiana”, por lo que ha instado a reflexionar sobre el valor que se le da. “No puede convertirse en un absoluto”, zanja el Papa, al tiempo que subraya que no hay nada “más dañino” en una comunidad cristiana que “ser deslumbrados por el ídolo de la riqueza”.
Francisco avisó que cuando “la única ley es la del cálculo de las ganancias” al final del día, entonces ya “no hay freno” para pasar a la “lógica de la explotación” de las personas.