La granja Siquem cumple 30 años y su responsable estuvo en el piso de LV16 y contó que en los comienzos de la misma hubo “un grupo de estudiantes universitarios que mantuvimos un sueño. Fue un momento histórico en el año 1993 con toda la cuestión social que hacíamos y empezamos a soñar a acompañar estos jóvenes”, expresó.
 
  “Los trabajos que hacemos en los barrios son ver las fortalezas y debilidades, no hay buenos ni malos. Lo que hacemos es armar proyectos de vida”, contó.
 
 Respecto a los chicos que tratan de recuperarse de una adicción, dijo que antes llegaban chicos de 16 años, hoy en día llegan a los ocho años. Si bien no trabajan sobre las adicciones, sino que “hay un proyecto de vida que da mucha contención y afecto”, reveló.
 
 
En cuanto al procedimiento de trabajo y ayuda a los chicos que tiene este tipo de problemas, Schneider explicó que “se parte de un niño joven excluido socialmente y,  a partir de la Provincia ó el municipio, ven estos problemas se comunican con nosotros y vemos si es adecuado para estar en la granja” y agregó que “en base de eso se hace un contrato con el niño. Te sentás hablar con el niño como un hijo, les decimos que es una oportunidad y que hay reglas”.
 
 Si el contexto familiar ampliado está, puede ir y venir en determinados horarios y puede dormir en la casa. En el caso que no haya contexto familiar ampliado, se quedan a vivir en la granja.
 
 En la granja hay un total de 40 chicos y hay dos chicos de ocho años y los demás de 13 años en adelante.
 
 Las actividades que se realizan son comunes a las de cualquiera como cocinar, poner la mesa, lavar, “pero tienen un espejo de un hombre que hace 30 años que ya creció allí, tienen dónde proyectarse”, reveló.
 
 
 “Cuando vos los sacás de la selva y entran a la granja Siquem, dejan de ser pequeños hombres y empiezan a ser niños nuevamente”, sintetizó Manuel.
 
 Asimismo, contó con mucha seguridad que “el mundo Siquem es un mundo diferente en el que hay más placer que sufrimiento, vamos en contra del mundo porque acá hay que pensar en el otro. Nosotros nos sentimos felices mucho más que otra gente”.
 
 En cuanto a las personas, la granja Siquem tiene un colectivo de 30 chicos; 40 y 50 chicos que asisten a la escuela y en la cooperativa “La Soberana” son adultos que eligen quedarse son alrededor de 20 personas.
 
 Schneider aseguró que los aportes vienen del estado, pero mucho de lo privado. “Tratamos que tenga la mejor calidad de vida, entre el estado y lo privado hemos creado un fuerte crecimiento en nuestro vínculo, sobre todo con el privado”.
 
 “Lo que te hace bien a vos, es lo que te hace bien a mí, si todo aplicaríamos eso, pensaríamos más en el otro. Hay una realidad injusta, nacemos en un determinado barrio, allí ya empieza una desigualdad”, reflexionó.
 
 Recordó al padre Felizza al contar que siempre los acompañó: “siempre nos puso el hombro cuando tuvimos en crisis”.
 
 Se realizan lechones, pollos, se realizan quesos. Se necesitan fardos.
 
 
Para ayudar a la cooperativa “La Soberana”, el Whatsapp es 358 4118192.