Los más chicos jugaban al balero, juntaba figuritas y dibujaban rayuelas en las veredas, mientras Ricardo Macchiavello hacía los primeros experimentos con una idea innovadora traída de California.
En Gente Necesaria dialogamos con Alejandro Macchiavello, hijo del fundador de Duravit, Ricardo Macchiavello, para conocer el presente de la fábrica con 75 años de presencia en el mercado, la cual inició con juguetes de goma y luego fue migrando hacia otras producciones. Sin duda la economía e importación tuvieron mucho que ver en esta historia de reconversión.
"Los juguetes Duravit (Dura toda la vida) te invitaban a jugar, embarrarte, desarrollar la imaginación e incorporar a los niños en un mundo soñado", dijo Alejandro.
Señaló que todo empezó cuando su padre, Ricardo quien era militar del Ejercito Argentino y montado en una mula se desbarrancó mientras recorría las montañas de Potrerillo (Mendoza). Debido a las lesiones se retiró del Ejército y emprendió la fabricación de juguetes con la ayuda de su padre.
Empezó fabricando artículos de goma, como bombachas y bolsas de agua caliente, para luego migrar al juguete tras investigar sobre los producidos en Los Angeles, California con una idea innovadora: la goma. “Creó la fórmula en un pequeño espacio donde, junto con mi madre, empezó con la producción y luego la creación de los juguetes”, indicó.
La marca Duravit se mantuvo, creció e impuso en una economía argentina con tantos vaivenes.
Sobre la reacción de sus compañeros de escuela al saber quien era, Alejandro dijo que para sus compañeros, fabricar juguetes genera envidia. Sin embargo aclaró que antes los juguetes eran escasos y en su caso, al tener hermanos más grandes salteó la etapa de disfrutar de los Duravit.
"Hasta el día de hoy tengo remil puesta la camiseta de la empresa porque a los 10 años ya trabajábamos en la fábrica como obreros. Cuando se puso difícil, con mi hermano, decidimos hacernos responsables de la fábrica y ponerla de nuevo en valor", indicó.
¿Hay algo de magia en fabricar juguetes?
Alejandro, a cargo de lo comercial y el desarrollo de productos, dijo que lo mágico para él es decidir el juguete, el diseño, el color, el packaging y que eso trascienda porque la gente lo elije y aprueba. En tanto su hermano se dedica a la parte de producción, define los tiempos adecuados para tener un costo/ beneficio con un rendimiento óptimo.
“Creo que mi padre se fue sin tener debida conciencia de lo que significó para los niños argentinos”, consideró.
La historia pérdida
En un momento Duravit perdió la historia porque disminuyó tanto la venta por una crisis económica del país, que Ricardo no pudo pagar los créditos que solicitó para construir una nueva planta modelo, por lo que debió venderla junto a los moldes históricos de los primeros juguetes de la empresa, en este último caso para pagar la quincena de los empleados. “Sacrificamos el pasado, tuvimos presente y tenemos futuro.No hay que lamentarlo”, sostuvo Alejandro.
Por otra parte recordó que en el año 1989-1990 vino un momento de apertura económica y había que estar en condiciones de competir con la importación que decidió el Gobierno nacional de turno. Por esto debieron migrar de juguetes de goma, a material de plástico y hoy además de los juguetes Duravit de plástico, incorporaron una línea de rompecabezas y masas de muy buena duración que tiene una muy buena aceptación en el mercado.
“Hicimos esta reconversión y hoy estamos vivitos y coleando”, sostuvo.
Conductor: Pablo Ferrari
Producción Periodística: Carolina Chiarotto
Operador: Andrés Berretta